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Al día siguiente, Dahyun se levantó emocionada

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Al día siguiente, Dahyun se levantó emocionada. Tenía nuevas amigas y, especialmente una que compartía de su chocolate con ella.

Por otra parte, Momo vio llegar a la pequeña Dahyun con su mochila amarilla y una gran sonrisa en su rostro. La chica de piel pálida no ocultaba su entusiasmo al saber que pronto vería a Momo y podría comer chocolate.

Dahyun se sentó en una de las bancas del patio para esperar a Chaeyoung e ir juntas a clases. Ya era parte de su rutina diaria.

Sin darse cuenta, a los pocos minutos de espera, Dahyun sintió unas frías manos tapar sus ojitos.

Se sobresaltó al sentir aquel tacto en su piel. Por un momento se asustó, ya que tocó estas manos pensando que era Chaeyoung jugando, como siempre solía hacerlo, pero no. Aquellas manos no eran de su amiga, más bien resultaban desconocidas para ella. Se giró rápidamente, encontrándose con los ojos de Momo, quien sonreía de oreja a oreja. 

―Hola Dahyun-ie ―Momo no se avergonzaba. Bastó tan solo un día para sentir la confianza suficiente para llamar a Dahyun de aquella manera―. ¿Qué haces acá solita?

―Hola Momo-unnie ―Sus mejillas se tornaron de un rojo cálido. La pequeña se había sonrojado―. Espero a Chaeng, creo que hoy viene un poco atrasada ―finalizó con un puchero en sus labios.

―Ya veo… ―rodeó la banca para proceder a sentarse a un lado de Dahyun― Adivina qué traje hoy ―le sonrió dulcemente. Sabía que la pequeña se emocionaría.

―¿Tu tarea hecha? ―la mayor rio.

―Sí, pero algo más aparte de eso

―¡¿Chocolates?! ―la miró sorprendida.

―Así es. Le pedí a mamá que comprara de almendras. Aún no sé cuál es tu favorito~ ―suspiró ligeramente―. Pero no te los podré dar hasta el receso, si comes por la mañana te hará sentir mal luego

Dahyun puso los ojitos como cachorrito. Esperaba convencer a su unnie de dárselos cuanto antes. Cosa que no logró.

―Mamá dice que soy fuerte, porque casi nunca enfermo, tal vez debería comerlos ya ―intentó engañar a Momo.

―¡Sé que no es cierto! ―gruñó la mayor cruzándose de brazos.

―¿Cómo lo sabes? ―Dahyun se sentía frustrada.

―Ayer dijiste que amabas el chocolate, yo también mentiría por obtenerlos ya ―dijo en tono obvio.

―No puedo esperar a que el tiempo pase rápido

―¿Cuál es tu chocolate favorito? ―Momo desvió el tema.

―¡El chocolate blanco! Es el mejor ―rio ante la emoción que sentía. Los pequeños no ocultan nada cuando sienten demasiado algo.

―Prometo traer de aquel chocolate la próxima vez

―¿Me darás dos cuadritos? ―preguntó Dahyun poniendo su dedo en su mentón. 

―Sí ―asintió Momo sonriendo.

―¿Pueden ser cuatro? ―Dahyun siempre quería más. No se daba por vencida cuando de chocolate se trataba.

Momo rio, Dahyun le parecía graciosa a su manera.

―Está bien ―aceptó finalmente―. Solo… no te enfermes por el azúcar, sé que hace mal, y mamá me retaría

―Seguiré siendo fuerte unnie, esta vez tengo más razones para serlo

Chocolate girl || DAHMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora