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Quien pensaría que el tiempo pasaría tan rápido y que la amistad de las dos pequeñas con el tiempo se iría fortaleciendo.
Todos a sus alrededores pensaban lo mismo; aquellas pequeñas eran la una para la otra, nadie las podía separar.
No todo es perfecto, claro está, pero a pesar de todo lo malo que podía pasar, Dahyun y Momo aprendieron a conocerse, amarse y a disfrutar la compañía mutua por sobre todos los cambios que enfrentaban.
Dos pequeñas niñitas que pasaron a ser dos adolescentes enamoradas para posteriormente ser adultas que seguían compartiendo del amor que se tenían.
Nadie se sorprendió cuando la noticia de que habían decidido formalizar su relación llegó hasta sus más cercanos. ¿Qué más podían hacer que no fuera sentirse contentos por darse cuenta de que habían encontrado el amor verdadero?
Quien sabe lo que sucederá o preparará en un futuro próximo...
Aquellas chicas encontraron su hogar, un lugar cálido donde solo ellas son capaces de bailar en algo tan aburrido como lo es la realidad.
Se encontraron, se amaron, hallaron su hogar en sus pequeños corazones y en dos cuadritos de chocolate de cacao para Momo y en cuatro cuadritos de chocolate blanco para Dahyun.
