Hasta el fin, nos seguiremos y nos esperaremos.
Aquel joven que caminaba a tempranas horas de la mañana, rechinando sus tenis por aquellas tablillas relucientes de madera de aquel pasillo, definitivamente el personal de limpieza hacía un gran trabajo; portaba una simple camiseta gris y sus típicos pantalones azules, el día estaba hermoso, ya que desde las ventanas que estaban a un lado de ese pasillo se podía ver el jardín, constatando dichas palabras, ese lugar lucía verdoso con múltiples plantas, entre ellas las diferentes especies de flores con sus bellos colores y que alrededor de estas, bailaban los insectos.
A la par, iba una pequeña mujer, agarrada a su antebrazo, sus pequeños tacones resonaban con cada pisada, el sonido era un tanto bullicio, tanto que había algunos enfermeros que solo daban una mirada fugaz, cuando estos pasaban a la par.
—"Llegamos"—. Dijo el joven y ambos se detuvieron delante de una sencilla puerta de madera, y en su parte superior tenía incrustado un número de metal ya bastante desgastado, que marcaba un 83. La mujer extendió su brazo y golpeó suavemente sus nudillos en esta.
Nadie hizo ameno de salir. La mujer volvió a insistir, hasta que la puerta hizo el sonido de destrabar el seguro de su cerradura, un hombre ya con notables arrugas y canas en su pelo, asomó su cabeza y en sus ojos reflejaba el vacío, pero en su rostro se veía su sonrisa.
—"¡Oh!"— exclamó el anciano.
—"Pasen, pasen, perdón por no escucharlos antes, estaba leyendo algo"—. Aquel hombre solo inclinó su cabeza, a lo mejor sintiéndose tímido por el hecho de no haberlos escuchado, también la mujer aprovechó para dar una mirada hacia el fondo, su mirada se posó sobre la cama, más bien lo que había encima de esta, podía distinguir unas fotos y unos papeles. Al hacer esto, el anciano se dio cuenta de ello e inmediatamente caminó rápido para despejar el área y hacer de cuentas que no había nada allí.
—"¡Hola tío! ¡Tanto tiempo!"—el joven no le dio importancia a nada y solo como una persona amorosa abrió sus brazos y fue a darle un gran abrazo al deteriorado y cansado anciano.
—"¡Hola Seo-Ho! Todo bien, todo bien, mi gran muchacho"— le daba unas palmadas en la espalda a ese saludable y cariñoso ser.
—"Yoongi, ¿Cómo has estado después de la hospitalización?"—. Habló una voz que estaba detrás de ellos, la mujer solo había pasado para darle campo a que la puerta pudiera cerrarse y ahí se quedó de pie, viendo la escena de su hijo abrazando a su hermano.
—"¡Mamá!"— ahogó su voz el joven llamado Seo-Ho, le parecía muy directa su pregunta hacia su tío.
—"Lo siento...—se apenó—solo que me tenía muy preocupada tu tío, ya sabes cómo me puse con la noti-cia"—. Se le había quebrado la voz con la última palabra mencionada, la mujer que unos minutos antes portaba un gran aire de elegancia, notablemente ahora se veía vulnerable, a punto de romperse a llorar.
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Aun más allá de la vida ➳ ❛yoonmin❜
FanfictionEl tiempo y la vida puede ser tan crueles con las vidas de las personas, poniendo a prueba al ser humano, donde el amor a veces puede doler como el más grande sacrificio. «Me voy con la dicha y el agradecimiento brindado en esta tierra, hoy yo voy a...