Capítulo 4

33 3 2
                                    


La luz del sol anunciando un nuevo día me despierta, abro mis ojos y de inmediato Freddie invade mis pensamientos. ¿Eso en realidad pasó? ¿Todo fue un sueño? Aún no logro procesar todo lo que pasó el día anterior, si es que no estoy loca y todo lo inventé, pero no tengo otra opción más que ir al instituto y allí me enteraré si todo fue un sueño o no.

Me dirigo a la cocina y veo a mi madre.

— Buenos días, mamá — digo aún adormilada.

— Buenos días, cariño, tu desayuno está en la mesa — responde ella con una sonrisa.

— Gracias, mamá — menciono para luego darle un abrazo.

Tomo mi desayuno mientras observo por la ventana; me encanta el paisaje, césped, árboles y flores, simplemente perfecto.

Termino mi comida y subo a mi baño para tomar una ducha. Me pongo una camisa negra y unos jeans comunes. Me dispongo ahora a lavar mis dientes y cepillar mi cabello para luego ir de vuelta a mi habitación. Veo mi teléfono para revisar si hay alguna notificación nueva, pero para mí sorpresa, está sin batería, ¡genial! Dejo mi teléfono recargando su batería mientras organizo las cosas que tengo que llevar, solo suelo llevar algunos cuadernos, una carpeta y nunca puede faltar un libro para pasar el rato.

Le doy un vistazo a mi reloj y me doy cuenta que es hora de irme, agarro mi teléfono y bajo las escaleras.

— !Mamá! Ya me voy.

— Adiós, cariño, que te vaya bien — dice ella para luego abrazarme. Le doy una pequeña sonrisa y tomo mi camino hacia el instituto.

Voy caminando por las calles y aún me encuentro analizando lo que ocurrió el día anterior, las palabras que él dijo:

— ¿Necesita ayuda, señorita?

— No hay de que.

— Maggie, ¿verdad?

¿Como sabía mi nombre? Que recuerde, nunca nos habíamos presentando antes, a no ser que él también tenga interés en mí y sepa mi nombre para algún día poder acercarse a mí, pero eso es imposible. Levanto mi mirada y ya me encuentro en el instituto, me recibe Alana, con los brazos cruzados y una cara bastante seria.

— Necesito una explicación, ¡ahora! — dijo ella agarrándome del brazo para llevarme hasta el interior.

— Buenos días, Alana, ¿que tal tu mañana? — digo con ironía.

— Explícame ahora mismo por qué no me contestas los mensajes y también todo lo que pasó ayer — ella ignora lo que dije.

— Bien, no te respondí... — ella me interrumpe.

— ¡No! primero me cuentas lo que pasó ayer.

— ¿Qué? — respondo con confusión.

— ¡Con Freddie! — grita ella y yo doy un pequeño salto.

— Eh, disfrutaba de la lluvia, mi abrigo se enredó en la rama de un pequeño árbol y Freddie apareció para ayudarme — menciono restándole interés — ¿eso querías saber?

— Ya lo sabía, solo quería que tú misma lo dijeras.

— Y, ¿como lo sabías? — pregunto.

— Los ví, te iba a buscar porque necesitaba decirte algo, pero mejor los dejé solos — responde ella — Luego creí que todo lo había inventado yo.

— Oh.

— ¿Oh? ¿Solo dirás eso?

— ¿Que más quieres que diga? Sabes perfectamente que no estoy interesada en él, no es que me importe.

16 Love LettersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora