Al fin puedo estar en paz.
Mi madre está sana y salva. Taehyung fue seleccionado para cantar en la apertura de la demostración de su academia. Él representara a todos, me siento orgulloso de él. Jungkook pudo asociarse con Dior, y Channel. Ni hablar de las cadenas de hoteles que fue un éxito total.
Lastima que me lo perdí.
Me siento estresado ya ha pasado un mes desde el accidente, mamá ya se recupero, pero yo sigo magullado. Las costillas más que todo, después de eso estoy perfectamente bien. Pero nadie me hace caso.
Así que me toca soportar el cuidado de todos, hasta de mi madre que la operaron me daba más atención a mi que a ella misma. Es frustrante. Jamás había tenido este tipo de atención, era del tipo que siempre se preocupaba por lo demás, hacia de todo para ayudar, y nunca, pero nunca me han cuidado ni dado atención como ahora. Cada día que pasa siento que envejezco más y más. Necesito aire, necesito salir de aquí.
Aunque tampoco puedo quejarme del todo. Jungkook estuvo todos los días por aquí, me traía desayuno, platicabamos de todo, de su vida, de la mía, de la empresa, de sus hobbies, era sumamente relajante hablar con él, me olvidaba del encierro y cenaba con nosotros. Eso fue lo que más me sorprendió, no espera que cenara con nosotros, fue una sorpresa total cuando llego el primer día que volví a casa y dijo que cocinaria para todos. Por cierto cocina espectacular, y no lo digo porque él me guste, sino porque de verdad lo hace. Tae y mi mamá me corroboran. Fue hermoso como todos se llevaban bien con él, y él con ellos. Me gustó verlos interactuar.
En fin, todo muy bellos, pero yo no, porque sigo siendo prisionero en mi propia casa.
Salgo de mis pensamiento cuando escucho toques en la puerta. Me dirijo a paso lentos ya que el dolorcito por pequeño que fuera seguía ahí dejándome intranquilo. Abro la puerto.
Y me encanta lo que veo, que hasta se me olvida el dolor.
—¡Jungkook!.—Me lanzó a sus brazos.
— ¡Cuidado!.— Me sujeta tan fuerte pero sin lastimarme.—Buenos días, Jimin.
—Bien, bien.—Me separó y lo agarró de las manos.—Ven pasa.
—No.
—¿Porqué no?.—Preguntó aún sosteniendo su mano.
—¿No querías ir afuera?.—Oh, no puede ser. ¡Al fin!
—¡Sí! —No aguardo nada y salgo.—Vamos, vamos. Mamá y Tae no están, se fueron de compras. Así que no tendré a quien me niegue el paso. Vamos rápido.
Eso hizo reír a Jungkook. Le iba a decir ¿Qué porqué se reía de mí? Cuando mire hacia atrás y lo vi en la puerta y yo en la acera. ¿En qué momento me moví hasta acá? ¿Me convertí en flash?. Sería increíble, pero este es el mundo real.
Jungkook se acerca con una sonrisa, después de haber cerrado la puerta. Llega a mi lado tendiendome su mano.
—Vamos, Jimin- Shi.
La tomó entre las mía.
—Vamos, Jungkookie.
Caminamos lentos pero seguro, sin ningún inconveniente. Llegamos al parque y nos sentamos en la banca más alejada, desde ahí podíamos ver a todos los niños con sus padres y amigos. Era tan relajante estar aquí, entre los árboles tomando su aire. Miro hacia bajo y veo nuestras manos unidas, no me soltó en ningún momento.
A veces pienso en como nos conocimos, todo fue tan abruptado. Él estaba herido y yo disgustado con mi compañero de trabajo. Desde que le di el botiquín no pensé en que lo volvería a encontrar otra vez. Pero lo hice, lo volví a ver y no como el chico que vi tirado en el callejón, sino como todo un hombre de negocios. ¿Quién iba a pensar que ese muchacho sería este grandioso hombre que esta a mi lado? Nadie. Ni yo lo creía. "A veces él destino es inevitable, todo pasa por algo." Eso siempre me decía mi madre, ahora lo veo y creo.
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El Chico del Callejón
Fanfiction"Dos personas nunca se conocen por accidente. Por eso disfrútense."