• Happy toguether- The turtles
Emma
Emma estaba sentada viendo el lago con expresión bastante aburrida mientras tiraba piedras.
Notó alguien clavando la mirada en ella.
Mierda. Regulus.
Después de lo que había pasado hace un par de semanas - Abril no le dirigió ni una palabra-, Emma no pudo ni verle a la cara a Regulus. Cada vez que lo veía sentía un cosquilleo raro en los dedos.
Él era un poco parecido a Sirius. Pero en la personalidad eran tan diferentes.
Sirius era divertido, extrovertido, ligero, perezoso, no muy listo y idiota.
Regulus era serio, frío, refinado, muy caballero, nada abierto, muy astuto, implicado y nunca lo había visto tan abierto como con Abril.
Y ella se sentía culpable. Tenía un pinchazo en el pecho inigualable y inefablemente doloroso. Pero no había ninguna pastilla o medicina para eso. Era un dolor en el corazón.
No le dolía que Abril no le hablara, ella sabía que se lo merecía. Le dolía haber arruinado la cosa que tuvieran Regulus y ella.
Él estaba cerca de ella, Emma estaba quita. Muy quieta. Sin darse cuenta, se perdió en el gris de los ojos de Regulus.
Alguien tenía que pintar eso en un cuadro, ese gris tan claro y oscuro a la vez. Nada intenso, sereno. Unas tonalidades y similares y inigualables a la vez centrándose más en el contorno de la pupila. Claros a la mitad, una línea oscura rodeando el iris gris. Aunque ese gris se convertía en negro a la sombra. Era espectacular. Emma podría aprender a pintar solamente para pintar un paisaje con esos colores. Fríos como él, pero como si escondieran algo. Una esfera calurosa llena de colores llamativos.
Emma vio a Regulus con ojos azules intensos. Le quedarían geniales.
Reaccionó, sacudió la cabeza alejando los pensamientos y dejando el contacto visual con Regulus que la había mirado todo el tiempo.
Pero las ramas que habían cerca de ambos crujieron. Después, se escucharon unas risitas.
Y esa voz le sonaba.
Un rubio alto y flaco salió de las ramas de un arbusto con una pelinegra a su lado. Ambos riendo.
- Oh, vamos, Regulus. ¿Qué haces con la gryffindor ésta aquí? ¿No te valió con la otra? ¿O acaso te dolió tanto que tuviste que buscar algo parecido a ella para refugiarte?- masculló el rubio.
Oh, eran Lucius Malfoy y Bellatrix Black.
Regulus apretó los labios.
- Bella, ¿por qué no te vas un rato con Lucius y dejáis de joder?
Ella acentuó su sonrisa y clavó la mirada en Emma, ésta casi dio un respingo.
- Parece un cervatillo asustado - murmuró Bellatrix -. Chica, no soy una asesina. O eso habrá que verlo.- y comenzó a reírse viéndola.
Emma quería irse. Unos escalofríos por sus brazos bailaban rápidamente.
- Vamos, chica gryffindor, ¿qué ocurre? ¿te dan miedo un par de Slytherin's?- le preguntó el rubio.
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Efímero #1
Fantasy» Dónde duele más quedarse que irse « _____________________________________ TRILOGÍA GENEREACIONES. Libro 1