Nadie había hablado con Emma desde esa noche. La noche del ritual.
Emma leyó en libros que la transformación animaga es con una hoja... no sabía qué tipo de hoja, la tenías que morder durante un mes.
Había pasado una semana, se había cruzado con Sirius, pero la había ignorado.
- Oh, Sirius...- murmuró Emma viéndolo salir por una puerta de clases. Fue hacia él sin saber por qué.
Por mucho que insistió, Sirius pasó olímpicamente de ella.
James... no se llevaba mucho con ella, pero ahora parecía que ella no existía.
James estaba hablando con Lily, Emma pensó en acercarse disimuladamente.
- Hola, Lily - la saludó Emma.
- ¡Hola, Emma!- le saludó.
Emma clavó la mirada en James, él la miraba con una ceja enarcada, como si estuviera pensativo.
Peter ni siquiera la miró.
Remus, su hermano, no cruzó una palabra con ella.
¿Acaso tenía algo raro en la cara?
Emma, frustrada, fue lentamente a su habitación. No podía permitir que la persona con la que mejor se sentía la ignorara.
Abrió la puerta de la habitación, sólo estaba Abril, que la saludó con una sonrisa.
Emma no podía creerselo. Bueno, ella en el fondo sabía que Abril no podía hacer eso.
Emma se sentó en los pies de la cama de Abril, ésta estaba en con la pared pegada al cabezero con un libro de pociones en la mano. Lo cerró inmediatamente.
-Te están ignorando, ¿verdad?- Abril lo sabía. No iba a mentirle.
Emma asintió con la cabeza tristemente como si no quisiera hacerlo.
- Lo de Sirius lo comprendo, lo mandé a...
- Espera, ¿qué pasó con Sirius?
Emma abrió mucho los ojos. Se le había ido la boca. ¿Y si a Abril le gustaba Sirius?
¡No! Ella estaba con James... Y el drama de Regulus.
Regulus últimamente no iba a clase y las veces que lo veía se veía apagado, con ojeras... como si no hubiera dormido en años.
Emma era demasiado tímida para hablar con él y preguntarle qué le pasaba.
- Lo de Sirius... eh... mhmm... puede que Sirius me... eh... besara. Y yo... eh... le dije que no quería nada.
Abril tenía una expresión indescrifable.
Abril siempre era así. A través de esos ojos claros no se transparentaba nada.
Era frustrante no saber qué pensaba alguien de tu alrededor.
- Me alegro - masculló -. Sirius es un poco capullo, ¿sabes? Y no merece la pena que alguien salga con él. Todos sabemos que se aburría y cambiaría rápidamente.
Emma no se esperaba esa respuesta... tan... ¿buena? No sabía cómo describirla pero se sentía aliviada.
Abril enarcó una ceja por el silencio que se había formado. Emma sacudió la cabeza.
- ¿Te ha comido la lengua Lissy?- le preguntó Abril. Oh, Lissy. Era la gata de Emma, lo seguía siendo, pero siempre terminaba escapándose y hacia un tiempo que no la veía.
- Hace mucho que no la veo - masculló.
- A mí, Genilivied no me deja en paz - Genilivied era la gata de Abril -. Nunca entenderé por qué le puse ese nombre. Por eso siempre la llamo Genil o Nili. O Livvie.
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Efímero #1
Fantasy» Dónde duele más quedarse que irse « _____________________________________ TRILOGÍA GENEREACIONES. Libro 1