3. Amoso apoyo

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Lally se sentaba en el brazo del sillón de su despacho donde había sentado a Theseus cuando acudió a verla a Ilvermorny. Últimamente, en las semanas que habían pasado desde que su hermano le había echado de su casa, el auror se había refugiado en ella y en el trabajo, por lo cual habían pasado mucho tiempo juntos y habían llegado a conocerse muy bien. Theseus se había quedado dormido al poco de sentarse; pero ella no se lo tenía en cuenta, sabía que no dormía bien. Le acarició el suave cabello ondulado, contemplando su rostro, relajado y tranquilo después mucho tiempo. Recordó cuando había aparecido allí por primera vez tras hablar con Newt...
- Theseus? - Había preguntado, viendo la expresión de su rostro. - Qué ha pasado? Creo que Newt no se lo ha tomado muy bien, verdad?
- Gracias por señalar lo evidente, Lally -le espetó el auror, sin darse cuenta de que estaba pagando su frustración con ella. La profesora enarcó las cejas, ofendida por el tono de Theseus, cuando ella sólo intentaba apoyarlo.
- Has sido tú quién ha venido a verme después de fastidiarla con tu hermano - le reprochó, agarrando uno de sus libros, dispuesta a darle con el en la cabeza, si seguía diciendo tonterías. - ¿O acaso crees que puedes pagar conmigo el enfado de Newt?
- ... vale... perdona por molestarte con mis cosas, Lally - dijo Theseus, también molesto, dispuesto a irse.
La profesora cerró los ojos unos segundos y seguidamente, le estampó en la cabeza el libro que tenía en la mano y era uno bastante grande.
- Auh - se quejó Theseus, frotándose el golpe. - Lally...
- ¿Se te ha aclarado ya la cabeza? - Le preguntó, aún con el libro en la mano. - Porque puedo volver a darte.

El joven suspiró y le cogió el libro de las manos con delicadeza, dejándolo sobre la mesa; luego la cogió a ella por los antebrazos y la acercó hacia él.

- Siento haber pagado mi agobio contigo, Lally - se disculpó, mirándola con ojos de corderito. - Llegué tarde... tenías razón, al ocultarselo, lo hicimos vulnerable... Grindelwald se adelantó y le envió una carta revelandoselo todo.

Olvidando su enfado, Lally le abrazó.

- No sé porque creía que iba a pasar algo así - le dijo con gentileza. - Pero no es culpa tuya, aunque tanto tú como Dumbledore queríais proteger a Newt...

Theseus rebulló en el sillón, medio despertando de su siesta y haciendo que Lally volviera al presente.
- ¿Lally? Perdona... me he dormido - murmuró, somnoliento. Ella le sonrió, observando sus facciones, con ternura. Poco a poco se estaba enamorando de aquel hombre que conoció en un tren rumbo a Berlín.
- Sigue durmiendo, Thessie - le dijo, sabiendo que ese diminutivo no le gustaba nada, pero que no protestaría mucho al estar medio dormido.
- No... no... no me llames Thessie - dijo él, sin mucho convencimiento, pero no volvió a dormirse. - No quiero invadirte el despacho. - Lally le dio un besito en los labios.
- Tranquilo, cariño... todo está bien - siguió acariciandole el cabello, para que volviera a relajarse y pudiera descansar; pero él se incorporó. - Theseus...
- No puedo seguir así, Lally...
- Eres un gran auror y un héroe de guerra... pero necesitas a tu hermano pequeño - le aseguró la chica. - Han pasado semanas, ve a verlo y pídele perdón, estoy segura de que esta vez te escuchará...

Theseus se la quedó mirando. Nunca había conocido a una mujer como ella, había estado muy enamorado de Leta Lestrange, pero poco a poco, y a su pesar, el recuerdo de su prometida asesinada empezaba a desdibujarse y era reemplazado por la inteligente e intrépida Eulalie Hicks.

- No sé se me merezco una mujer como tú, Lally - le dijo. - En todas estas semanas no sé que hubiera hecho si no llegas a estar ahí a pesar de mi mal carácter...
- mmm yo diría que no, no mereces una mujer tan buena y paciente como yo - bromeó la profesora. - Y sí... cuando estás agobiado eres un gruñón.

Theseus le puso una mano en la mejilla, mirándola con cara de tonto, pero rápidamente puso cara de fingida indignación.
- eres muy mala, Lally, te encanta hacerme enfadar - dijo, mientras se le escapaba una sonrisa. - Y también hacerme sonreír.

3. Animales Fantásticos: El auror y la profesoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora