Día en apuros

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Hola, soy Carol, una adolescente ordinaria, se estarán preguntando por qué estoy con un disfraz de foca corriendo tras de un chico. Todo empezó cuando quería ir a un concierto.

Fui a la universidad después de desayunar. Cuando llegué, vi a Valeria, mi mejor amiga, en la entrada, entretenida viendo su celular.

—Hola, Carol, mira el nuevo video musical de Cadi Méndez —dijo Valeria emocionada.

—Deslumbrante como siempre —dije suspirando.

Justo en ese momento, salió un anuncio diciendo: "Para las chicas y chicos, el famoso Cadi Méndez de 18 años. Vendrá a la ciudad de Medellín este 30 de julio, ¡compre ya sus boletas! en la página boletacolombia.com"

— ¡No lo puedo creer! —dijo Valeria casi desmayándose.

— ¡Pellízquenme, debe ser un sueño! —Exclamé saltando de la emoción.

Todos nos quedaron mirando por la forma en que reaccionamos, yo no le di importancia, pero Valeria estaba muy avergonzada.

Después de la gran noticia nos reunimos para comenzar a juntar el dinero, ya que las boletas no eran económicas. La ciudad donde vivíamos quedaba muy lejos y era necesario pasajes de avión, e incluso pagar una noche de hotel. En ese momento se me ocurrió buscar trabajos temporales en una aplicación y logramos que una señora nos contactara para pasear a sus cinco perros, un San Bernardo, un Mastín napolitano, un Pastor alemán y dos Gran danés.

— ¡Qué! sabes muy bien que les tengo pánico a los perros —dijo Valeria temblando del miedo.

—Es para el concierto, hagámoslo ¿sí? —Dije suplicándole hasta que aceptó.

Llegamos a la casa de la dueña y unos minutos después fuimos a pasear a sus perros. Valeria estuvo temblando en casi todo el camino. Cada vez que un perro se le acercaba, gritaba y en un descuido un perro se le acercó gruñendo. Estaba gritando como una loca. Lo peor, fue cuando empezó a correr con el perro tras ella. Valeria no se fijaba en donde pisaba, cuando estaba corriendo no miraba hacia adelante sin fijarse en una fuente de agua en su camino. Se cayó dándose un golpe muy fuerte en la pierna, quedó tirada gritando de dolor. Tuve que llamar una ambulancia porque estaba muy preocupada. Valeria llegó a la clínica y la atendieron rápidamente, el doctor habló con sus padres diciéndoles que el golpe en la pierna fue muy fuerte así que debían operarla lo más pronto posible o podría complicarse.

Regresé a casa de la dueña de los perros para buscar el pago que nos debía, pero los perros estaban sucios porque se bañaron en la fuente y jugaron con la tierra mientras atendían a Valeria. La señora estaba enojada y cogió nuestro pago para mandarlos a limpiar.

Como Valeria estaba en la clínica, busqué un trabajo de dos semanas que me pagaban lo suficiente para el concierto.

Fui al restaurante y me recibieron con un disfraz de foca, me dijeron que debía usarlo con un cartel para atraer clientes, además debía decir unas rimas. Estaba afuera del restaurante con todo puesto, diciendo.

— ¡Siga y coma, porque el que no come no goza!

— ¡Mariscos en venta, si comes como foca las calorías no cuentan!

Luego de ocho horas de trabajo, me fui a casa a descansar. Cuando llegué a mi habitación sentí sonar mi celular y era una llamada de Valeria, me dijo que la habían entablillado y sentía comezón dentro de su pierna. Sólo se me ocurrió decir que se rascara con algo.

Una semana después recibí otra llamada de Valeria, esta vez me dijo que la pierna le dolía demasiado. Le pregunté por su operación, me dijo aún no se la habían realizado porque les faltaba parte del dinero. Su padre había vendido su moto, empeñado algunas cosas, pero aún estaba incompleto.

Fueron dos semanas trabajando muy duro. En el último día me pagaron el dinero, al momento de contarlo, llega un chico corriendo arrebatándomelo de las manos. Salí corriendo detrás de él gritado — ¡Ladrón! Devuélveme mi dinero.

Como aún tenía el disfraz, me costaba mucho respirar y debía parar para tomar un poco de aire. Por suerte, el chico cayó en frente de unos policías. Lo atraparon, me dieron el dinero y me fui a mi casa a comprar los boletos de avión y apartar el hotel donde me iba a hospedar. En ese momento, recibí una llamada de Valeria.

— Hola, Carol tengo una mala noticia. Los dedos del pie se han vuelto negros y no puedo sentirlos. El médico les dijo a mis papas que si no me operan rápido podía perder mi pierna. Amiga, lo peor es que mis padres están en un momento muy bajo, y te quise preguntar si me puedes prestar para completar la operación de mi pierna —Dijo Valeria llorando.

—No puedo prestarte porque voy a ir al concierto

—¡Que! Te preocupa más un concierto, de verdad no puedo creerlo

—Sí, me preocupa más el concierto que tú

—Sabes, estoy en este problema por ti, recuerda que fuiste tú, que me insististe en cuidar a los perros.

—Lo siento, pero no te voy a prestar el dinero.

—De verdad creí que eras una buena amiga —dijo Valeria muy decepcionada y casi llorando.

—Te confundiste, adiós.

Después de la conversación con Valeria, compré las boletas para irme al concierto y aparté el hotel donde me iba a hospedar. Fui al aeropuerto, y esperé que llamaran el número de mi avión para abordar.

En el momento de mostrar mi tiquete me puse a pensar si darle el dinero a Valeria y tomé la decisión de irme, porque lo iba a disfrutar. Gocé el concierto, estuvo increíble porque vi a Cadi Méndez en vivo y en directo, además me dio su ortógrafo ¡lo mejor que me ha pasado en mi vida!

Al volver a mi ciudad, estaba agotada y totalmente satisfecha. Al día siguiente, llegué a la universidad, cuando entré, vi a Valeria. Estaba en una silla de rueda, me miró decepcionada. Yo solo miraba que le faltaba una pierna.

Escrito por: El fantasma lector.

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⏰ Last updated: Apr 30, 2022 ⏰

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