Ladrón de corazones [DekuKatzu]

Ahora

Todo había empezado hacia unos meses, a algunas semanas de que los sistemas de dormitorios se implementaran en la UA por seguridad, su ropa comenzó a desaparecer.

En un inicio Izuku creyó haberla dejado en casa de su madre pues hacia unos días había ido a visitarla y se había quedado todo un fin de semana pero esa opinión cambio cuando ese viernes su ropa extraviada había aparecido perfectamente limpia y doblada en su armario.

Él, siendo un alfa enigma, tenía un sentido del olfato sumamente sensible por lo que analizando la prenda reconoció no solamente mucho bloqueador de aroma sino que alcanzó a percibir el aroma de caramelo que tenía su amigo de la infancia.

La primera vez no se le hizo tan extraño, considerando el fin de semana que había pasado y al ocurrir el extraño suceso en días de examen entonces no tuvo mucho tiempo para meditar al respecto.

Pero la próxima semana volvió a ocurrir, se preguntó si había alguna razón por la que se llevaran solo su ropa sucia ¿Planeaban cortejarlo lavando su ropa? No creía que ninguno de los betas u omegas  de la escuela tuviera esos modos de coquetear pero no se le ocurría otra razón.

Dos semanas pasaron y la situación seguía siendo la misma, la ropa siempre regresaba los viernes o sábados limpia y doblada, siempre oliendo a Katsuki.

Izuku solo necesitaba confirmar su teoría así que, sabiendo más o menos las fechas en que su ropa desaparecía luego de analizarlo dos meses decidió recoger todo antes de que la persona misteriosa entrara a robar.

Izuku le había dejado algunas notas que nunca habían sido respondidas pero esa vez sí que le respondieron.

"¿Por qué recogiste tu ropa? ¿Desde cuándo eres tan ordenado? Sólo continúa con tu rutina como si nada ocurriera"

Izuku sonrió divertido al percibir las feromonas caprichosas de Katzuki en aquel pedazo de papel, se pregunto cuánto tuvo que contenerse para no escribirle algún insulto propio de él.

Entonces Midoriya fingió, porque él era bueno fingiendo. Fingió que no sabía que era Katsuki quien, por alguna razón que deseaba descubrir, robaba su ropa con su aroma impregnada en ella. Incluso a veces marcaba aún más la ropa antes de que fuera el día que el rubio se la llevara.

Midoriya pensó más de una vez cuánto duraría Bakugo robando su ropa antes de que pudiera atraparlo infraganti y luego de unos meses jugando al gato al ratón se presentó la oportunidad perfecta.

Izuku no estaba pensando con claridad así que cuando estaba a punto de bañarse y vió al omega correr hacia el elevador supo de inmediato a qué iba y supo también qué era lo que él quería hacer.

Se bañó lo más rápido que pudo, cegado por la voz de su alfa, y corrió hacia al ascensor sin concluir su rutina. Cuando pudo oler el caramelo desde fuera de su habitación cerro los ojos para llenarse del aroma por unos segundos  y entonces abrió la puerta.

Mentiría si dijera que la reacción del rubio no le había parecido adorable, mentiría si dijera que no había disfrutado los temblores del explosivo cuando usaba su voz de alfa en él.

Mentiría si dijera que no estaba profundamente perdido por Bakugo Katsuki.

Al tenerlo frente a él con sus mejillas profundamente sonrojadas, el cabello húmedo y esos ojos siempre brillantes le fue inevitable salirse de control, antes de que él mismo pudiera procesarlo entró en celo.

°°

El aroma de Deku lo estaba mareando, su Omega chillaba gustoso de la mirada que el alfa le dirigía y Bakugo se estremeció, lo hizo por qué parecía que Izuku se lanzaría a devorarlo en cualquier momento.