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El chico de cabellos oscuros se encuentra recostado sobre la cama, había pasado una semana y no lograba aún recolectar ninguna información sobre la linda chica de tan lindos ojos que no se encuentran en el mundo tan regularmente. O así lo veía él. El no encontrar nada sobre ella le desespera un poco, no entendía la razón por la que se comportaba así de este modo si solo era una desconocida después de todo, muy en el fondo él quería saber de la pelinegra aunque, su orgullo se le hiciera más presente cada ocasión una y otra vez obteniendo nada en el proceso.
Suspiró profundamente totalmente frustrado, sacudió su cabello sedoso y miró hacia la gran ventana de su habitación.
Y en voz baja murmuró.
—¿Porqué razón es difícil encontrarte, eh?
Sin más que decir al aire, cerró sus ojos con pesadez para descansar un rato de el tema de encontrar a la chica. Cada vez más sentía que debía buscarla, pero no había una razón en concreto para hacerlo, quizá solamente era un pequeño sentimiento de interés por ella y no quería aceptarlo, no hasta llegar a interactuar con la de cabellos negros normalmente.
Una idea más llegó a su cabeza.
¿Y si regresaba a la cafetería que suele frecuentar con normalidad? Tal vez así pueda encontrar alguna respuesta o pista de lo que busca, o mejor aún, encontrar casualmente a la persona que desea con toda el alma encontrar siquiera ahí.
Solo quería eso, no pedía nada más.
Y para eso, volvería a citar a sus mejores amigos en la misma cafetería de siempre. Solo esperaba una respuesta positiva por parte de Jake, ya que él fue el único de los tres que no pudo asistir por un compromiso. Ya si no volvía a venir, esta vez hablaría con él.
Solo quería que todo saliera bien, nada en especial.
