16

4.7K 345 27
                                    

Avery:

Los jugadores del otro equipo son incluso más altos que yo, juro que miden casi dos metros. 

Entonces yo soy un germen para ellos. 

Mi fuerte en el básquetbol son dos cosas: los tiros triples y los pases. 

Hay un tipo que siempre me está marcando y creo que se trae algo conmigo. 

Le doy un pase a Max, quien logra encestar con un tiro triple. El primer cuarto finaliza y juro que estoy sudando demasiado, desde la vez que entrenamos tanto ya no había sudado así. Tengo la respiración demasiado acelerada y mi corazón late demasiado rápido, ¿no me voy a morir? 

—¿Cómo te sientes? —me pregunta Oliver mientras me da mi botella de agua. 

Lo miro de reojo. 

—¿Cómo ves? 

Él se encoge de hombros. 

—Igual de idiota que siempre. 

Le pongo una mala cara y bebo mi agua. 

Le señalo a Oliver con la cabeza al tipo alto, albino que me marca a cada rato. 

—Ese tipo se trae algo conmigo—le digo. 

—Casper Wood—me responde Oliver, acomodando sus gafas—, es el mejor jugador de su escuela, participa mucho en sus clubes de deportes, nació en Suecia, pero sus papás son americanos, su comida favorita es el sushi y tiene novia, se mudó a Londres hace cinco años. 

Lo miro fijamente. 

—¿Cómo sabes todo eso? 

Él saca su teléfono de mochila. 

—De esto, por eso siempre reviso mi teléfono. 

—¿Te estuviste preparando todo este tiempo? 

—No siempre hago eso, pero trato de acomodar mis horarios igual. 

Meneo la cabeza. 

—¿Qué hago con él? —le pregunto. 

El entrenador se pone frente a mí. 

—Trata de pasar el balón tanto como puedas, y logra encestar lo más lejos de él que puedas. 

Asiento con la cabeza. 

Vamos con el segundo cuarto del partido. 

° ° °

Bien, creo que en serio, ese tal Casper me odia demasiado. Intenta humillarme muchas veces y copia algunos movimientos míos. 

¿Qué se cree este copión? 

Estamos a punto de finalizar el segundo cuarto y juro que estoy peor que el primer cuarto. Max me avienta el balón para que pueda anotar un triple y el desgraciado de Casper me lo arrebata. 

—Esto no es deporte para niñitas como tú, niñita—me dice el tipo aventando el balón a nuestra canasta. 

Me sonríe, triunfante. 

¿A quién le llama niñita? Soy una mujer. 

Siento una mano en mi hombro y de inmediato volteo. 

Max me está sonriendo, pero no es una sonrisa amable, es esa sonrisa que es totalmente cínica y sé que me puede matar si hago algo indebido. 

—Sallow, contrólate, ¿sí? 

Asiento con la cabeza frenéticamente. 

Max se puede ver como una buena persona, pero lo haces enojar y prepárate para conocer a el diablo en persona. 

La chica que me gusta ;; lesbianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora