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Eleanor: 

—Vendré por ustedes mañana, ¿de acuerdo? 

Asiento con la cabeza. 

—Ya no tengo siete años, papá.

—Pero hay gente muy mala en el mundo, en especial hombres, te lo digo yo que soy tu papá. 

—No se preocupe, Señor Jax—Sally me abraza por encima de mi hombro —, me encargaré de que nadie le haga nada a Ellie. 

Papá le sonríe a Sally. 

—Bien, vayan y diviértanse. 

Sally baja su brazo de mi hombro y toma mi mano. Oliver está revisando su teléfono en busca de señal. 

—Estamos en el campo, cuatro ojos observador —dice Sally, burlándose de él.

—Vaya, llegas temprano—él guarda su teléfono y me saluda—, hola Nora. 

Levanto mi mano, saludándolo. No soy muy buena hablando con chicos, pero hago mi mayor esfuerzo.

—¿Nora? 

Volteo a la derecha y veo a Lara con Drew. 

—¿Lara? 

—¿Éste era el viaje al que venías? —le pregunto, acercándome a ella. 

—S-sí. 

—¿Ustedes se conocen? —Drew nos señala a ambas. 

—Cierto—Lara aclara su garganta—, Drew, ella es Nora o Eleanor, mi mejor amiga. Nora, él es Drew. 

Es mucho más alto que Sally, ¿Cuánto medirá? 

—Mido uno noventa—dice Drew. 

¿Acaso leyó mi mente? 

—¡Ellie! —Sally llega tras de mí y me abraza por encima de mis hombros—. ¡No sabía que ibas a venir, Drew! 

—Era ir a casa de mis tías o venir con Max, decidí sufrir la que peor sonaba.

Eso hace que Sally ría. 

—Bueno, convivirán más como hermanos. 

—Claro, lo aventaré al lago. 

¿Por qué me rodeo de gente que mide básicamente lo que mide un árbol más o menos?

—Bien, me llevo a Ellie un rato. 

Sally me toma de la mano suavemente y me jala suavemente mientras caminamos  

Hay más frío en el campo que en Londres. 

Pero la mano de Sally es más cálida. Sus manos son un poco más grandes que las mías.

—¿Estás cómoda? —me pregunta ella de repente. 

Eso hace que vuelva a la realidad. 

—S-sí. 

Con Sally nunca me siento incómoda. Nunca me siento insegura, quizá por lo que es una mujer y me da mucha calma. Parece que tiene personalidad de Golden Retriever. 

—Sally—la llamo. 

Ella voltea su cabeza para verme. 

—¿Sí? 

—¿Te gustan los animales? 

Ella mueve nuestras manos unidas.

—Sí. En especial los conejos.

No sé a dónde estamos yendo, quizá quiera asesinarme. 

—¿A dónde vamos? —le pregunto. 

Ella ríe levemente. 

La chica que me gusta ;; lesbianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora