Paradise dimension

Voces de culpa

Capítulo 2

El sonido de su espalda atravesando una pared la había dejado adolorida ¿Cómo es que su espalda soportaba tanto maltrato? Seria algo que nunca sabría. Tocio algo de sangre antes de intentar levantarse nuevamente, si tan solo sus piernas le respondieran como debieran.

- ¿Qué sucede, profesora? Hace solo unos minutos parecía tener una fiera determinación por querer demostrar su valía ante mis tropas- La Witcher Prime se mofaba, sabia que las cartas del juego estaban ahora a su favor y Chariot no tenia ni un misero par en su mano, también estaba el hecho de que no le había dado ni un momento para planear alguna estrategia, de menos ya había atravesado dos paredes de la escuela, la fuerza de la Prime era aterradora y viniendo de Chariot no era decir poco.

-Bueno- Chariot comenzó con voz rasposa- ciertamente no te esperaba Diana, querida- intentaba sonar Irónica, pero la paliza que estaba recibiendo no le ayuda al cometido- Me alegra que tu apretada agenda te permita unirte a nuestra fiesta- Se interrumpió a sí misma por una tos seca- ¿Qué paso? ¿la cita de las cuatro, para destruir villas y matar aldeanos cancelo? - Soltó una risa desganada mientras intentaba levantarse de entre los escombros- Te entiendo, odio cuando pasa eso... ¡Gahh! - su cuello había sido nuevamente apretado por la Prime, evitando que siguiera con su letanía.

El rostro de la Prime se acerco a ella y soltando un suspiro fastidiado no pudo más que exclamar- Sigue petulante- Dando medio giro, aun sosteniéndola del cuello, la Witcher prime dio un medio giro lanzándola nuevamente contra otra pared ¿Cuál era la fijación de ahorcarla y lanzarla contra las paredes?

El aire dejaba de entrar a sus pulmones, si sobrevivía hoy, estaba segura que estaría adolorida el resto del mes. Había perdido su varita, estaba segura que al menos un par de costillas estaban rotas, y la falta de aire le indicaban que, uno de sus pulmones estaba fallando, el mareo amenazaba con dejarla inconsciente en cualquier momento.

-No le mentiré profesora...- La Prime tomo un momento dramático, como si realmente reflexionara sobre sus siguientes palabras-no esperaba que nuestro tan esperado duelo final fuera tan anticlimático, digo, usted la autoproclamada líder de una resistencia, que en honor a la verdad, sólo fueron una molestia, en el mejor de los casos una espina en el costado-Chariot sabia que Diana no era de las que monologaba, pero si lo hacia en este momento era evidente que para ella este combate termino desde hace mucho, bueno, que se regocije, porque solo necesitaba algo de tiempo para ver sus opciones-Sabe, las demás fueron un reto mucho mayor, aun me estremece los encuentros que tuve con ellas, "Las nueve nuevas brujas" si que honraron ese nombre ¿cierto?

La Prime caminaba rodeándola, igual a una leona acechando, no, no la acechaba, estaba jugando, esto frustro a Chariot, necesitaría de un par de minutos para liberar todas las runas de gravedad, y tendría que hacerlo en el orden adecuado, claro que necesitaba una varita para ello y sumándole sus heridas internas con la falla de sus piernas, bueno, era claro que no podría dar una pelea cuerpo a cuerpo.

-O'Neill, fue la más cercana de derrotarme-La mirada de la Prime estaba clavada en un punto fijo, como rememorando la única vez en la que realmente creyó que moriría después del incidente del misil Noir- ¿Sabía que los O'Neill eran una antigua y noble familia de adivinos? Bueno yo no, al menos no que la Srta. O'Neill tenía ese don, tengo que reconocer que todas fueron tan...-La mirada de Diana regreso nuevamente a ser solemne, al menos por un momento- Dignas de enfrentarme, Antonenko fue una sorpresa, la niña tenia varias almas dentro de ella, su fuerza mágica era tan sorprendente, ella fue quizás el factor sorpresa, no lo digo con orgullo, pero tampoco con vergüenza, que gracias a ella aprendí a nunca subestimar a ninguna de las siete, siempre supe que la señorita Amalie von Braunschbank-Albrechtsberger-Dijo en un perfecto Alemán- sería difícil, creía que ella seria la mas difícil, sus "aberraciones" mecánicas-escupió con disgusto- serian una de las mayores amenazas a mis planes, ¡pero la maldita niña!-y aquí estaba, la furia de la Prime saliendo a la luz, este rencor en su voz, en su actuar, ¿Cuántas vidas había extinguido por un simple arrebato de furia? no había números exactos- ¡Mesclando su alma con sus malditas maquinas! ¡¿Lo imagina?! ¡esa cosa era una aberración!