❣️💧Capítulo 3💧❣️

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Earth

Lunes, 03 de enero de 2022.


Tarde

El ondeado de las cortinas dejó entrar al brillo de la luna mientras que el fuerte aire hizo que una mano cayera sobre el papeleo esparcido por la mesa.

Earth, angustiado, abrió otro folder por firmar y en eso... el resonido del teléfono le robó su atención. Aunque no solía distraerse con facilidad, ese sonido lo había logrado. Su angustia podía ser palpable, podía sentirse desde el pasillo que conectaba su despacho con la sala principal.

El teléfono dejó de sonar y él siguió haciendo su trabajo, el cual hacia bien. En ocasiones, Max le decía que mejor se hubiera casado con sus empresas, ya que, siempre las ponía en primer plano, incluso sentía que las prefería más que a Leah.

Hoy era una muestra clara de lo que su marido le decía. El hombre de tez morena había pasado todo el día sentado en esa silla de cuero tras la amplia mesa, mientras revisaba una infinidad de documentos.

De cierta forma, él buscaba distraerse de su tediosa rutina. Esa era la razón del porqué terminaba sumergido en ese mar de papeleo.

Sin embargo, no pudo ignorar (por mucho) el ruido de ese oscuro aparato lleno de teclas blancas.

—¿Qué pasó?

Contestó mientras aprensaba el aparato contra su cuello. Pudo haber sido cualquier persona, pero aun así, la llamada de ese hombre robusto lo desconcertó. Esperaba que el motivo de su llamada fuera importante sino se enojaría con él por interrumpirlo, sin darse cuenta que su reloj marcaba más allá de las siete, hora de la cena familiar.

—Mándamelos —chasqueó con su lengua—, yo los revisaré con calma.

Sólo eran unos cuantos libros por revisar, nada fuera de lo común. No pretendía ir a la aldea y mucho menos citarlo en su casa, pero parecía que el hombre del otro lado de la línea ya se había invitado por si solo.

—No, no, no es necesario que vengas, puedo hacerlo solo.

Earth rodó las córneas de sus ojos, no le agradó para nada sus razones para visitarlo; no obstante, su viejo amigo le dio otras razones más. Razones que lo dejaron pensativo.

—¿Números rojos? ¿Los costos? ¿Bajó? —respondió, preocupado.

Algo no le cuadraba, no cuando la estabilidad financiera era su sello distintivo entre las corporaciones de Tailandia. Todos sus establecimientos gozaban de buenas épocas casi todo el año (había momentos en los que no les iba excelente, pero no era tema de preocupación), en especial en esa zona.

—Será un problema si vienes —pasó su mano por la barbilla—. Max me lo recuerda en cada momento.

Max, su marido, se enojó con su amigo por haberlo llevado a un centro nocturno, creía que lo había hecho con malicia a fin de arruinarle su magnífica vida amorosa. Fueron las primeras vacaciones en ir (en años) a Chiang Mai, fueron el inicio de su calvario. Él aseguraba que desde ese día las reminiscencias de Earth comenzaron surgir con más frecuencia.

—Mira —atisbó una sombra pasar con algunas bolsas—. No importa lo que pase, si crees que es necesario, entonces hazlo.

El hombre de voz gruesa y rasposa dijo: "está cayendo en picada y la perderemos si no hacemos algo".

Earth se alteró.

¿Qué fue lo que sucedió? Es lo que se preguntaba con insistencia. La empresa de Chiang Mai fue la primera en fundarse y sería la primera en irse a la quiebra. ¡No! Él no se iba a dar por vencido con facilidad. Lucharía hasta el final. No podía darse el lujo de perder terreno en un lugar tan exitoso.

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