Capítulo 7

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¡Mierda!

Él hombre era morocho, con tez marrón tirando a blanca. Tenía ojos negros, estaba mal vestido. Tenía un arma. Siento mucho miedo. Fabricio me apartó bruscamente poniendose en frente mío.

-¡Por favor!¡No le haga nada a ella!-dijo Fabricio. Puse los ojos en blanco.

-Bueno,te calla porque sino los hago boleta ¡Eh!-dijo el hombre que se podría decir que era (perdón la vulgaridad pero es eso) chorro.

Con su tono intimidante, bien turro(?

Ah, okno ._.

Él hombre nos agarró del brazo y nos llevó a mi casa. Fuimos a mi casa porque estaba la 'nana' de Fabri en su casa. Por suerte, mi mamá no se maneja con dinero sino con tarjeta. Entonces no había dinero, el problema es que, si no hay dinero .. ¿Qué va a robar?

Mientras el hombre revisaba la casa, nos dejó en la habitación de mi mamá. Yo empecé a enviar mensajes.

Amanda: ¡S.O.S!Hay un chorro en mi casa ¡Porfi!Llamen a la policía.

Vanessa: Bueno,solo te deje a solas con Fabricio tampoco para tanto ..

Amanda: ¡No enserio porfavor!

Visto y la concha de su madre.

Si se preguntaran como hice, bueno, sucede que cuando entramos a la casa con el chorro yo, no sé como hice pero me metí el telefono en una parte invisible (abajo de mi pecho).

Fabricio estaba pálido, él vió el telefono y se dió más cuenta y se pusó más pálido. Sentimos una mano en la manija de la puerta y, rápidamente escondí el telefono. Lpm, ¿por qué no me creyó?

-Por lo que ví, no hay nadie en la casa. Decime donde hay plata ¡Eh!-empezó a gritar mientras se apróximaba.

Sentí mi piel erizarse, le tengo terror al contacto físico inadecuado con personas que no me siento a gusto. Lol. Okno ._.

No sabía que decirle, ¿plata? ¿Dónde? Tenía mis ahorros unos doscientos pesos, que eran para salir, obvio que eso no importaba en ese momento. ¿Salir o mi vida? A parte si no le daba la plata, me mataba entonces. ¿Para qué me servía?

-Tengo ahorros ..-dije temblorosa-Son unos doscientos pesos, no es mucho. Mi mamá no se maneja con plata sino con tarjetas y ..¡Siempre se las lleva!-exclamé cuando, posó su hermosa pistola de nuevo, en mi sien.

¿Por qué? ¿A mí? ¿Justo a mí? ¿Con Fabricio? ¿Coincidencia? No lo sé. ¡Mierda!

-Bueno, esta bien dame la guita.-fuí a mi habitación con su pistola en mi sien y su mano en mi pelvis.

Me sentía incómoda. Vino Fabricio. Agarré mis monedas, billetes y eso. Lo hice a paso de tortuga ya que, Fabricio estaba escondiendo su télefono en una parte invisible. No la diré ni la sé. En ese transcurso, mandó un texto .. No sé pero en menos de 19 segundos lo escondió y mandó un texto. No sé como ni me pregunten en serio. Se ve que tenía experiencia en mandar textos al toque. Lo tenía hace mucho, seguramente. Él mío lo compré hace unos 7 meses y, ni si quiera me acostumbro al whatsapp. Okay, esto no tiene nada que ver en este momento pero, lo tenía que contar.

Él chorro, lo agarró. Encontró un montón de cosas que llevarse entre ellas, una netbook, joyas, platería, etc. Se quedó con nosotros, nos llevó con un arma en el final de la columna vertebral. Por un momento sentí que le iba a disparar a Fabricio, mi estómago lanzó una acidez. Mis ojos empezaron a arder y, lancé lágrimas sin que el mismo Fabricio se de cuenta.

Amanda Ray.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora