Odio del pasado

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En la mansión Jiang las cosas se habían vuelto más hostiles en los últimos días.

La familia Jiang estaba dividida.

Yi Ziyuan irradiaba furia en sus feromonas.

Jiang Fengmian desaparecía por momentos, se encerraba en su habitación y no salía de ahí hasta pasadas un par de horas.

Jiang Wanyin era como un volcán a punto de explotar. Su ceño fruncido y la mueca en su rostro era clara muestra de lo mal que le estaba yendo en la empresa.

Jiang Yanli se había ido después de casarse y no solía visitar muy seguido la mansión de su familia.

Lan Xichen pasaba la mayoría de su tiempo saliendo con Wen Ning a quien sabe dónde y cómo heredero buscaba maneras de apoyar a su esposo con su situación.

-¿Otra persona renunció?-. Preguntó Lan Xichen.

-Si, no sin antes decirme lo poco alfa que era con la situación de ellos-.

-Ellos no te dan ningún beneficio, tarde o temprano ibas a desecharlos. Yo igual despedí a dos empresas, no están de acuerdo en que WangJi haya sido expulsado y no nos preocupemos por él-.

-¿No hay noticias de él aún?-.

-Ni un solo rastro, el abuelo ha estado muy furioso y organizó una junta con los altos mandos para ver de qué forma pueden obtener la herencia completa-.

-Eso es imposible hay un testamento de por medio, sino te dejaron nada no puedes reclamarlo a los muertos-.

-El tío piensa que sí podemos obtener un parte, pero ha resultado ser muy difícil con ese abogado refutando cada una de nuestras excusas. Incluso pidió una investigación completa sobre la infancia de WangJi-.

-¿Les habrás hecho algo a tus padres para que no te dejaran nada?-.

Y Lan Xichen recordó el pasado.

Antes del nacimiento de WangJi el era el consentido de sus padres y su abuelo fue el alfa más importante en su vida, pero los años pasaron y poco a poco sus juguetes nuevos no fueron reemplazados y cada día que pedía algo distinto sus padres empezaron a decirle que no.

No podemos comprártelo Xichen, ya tienes uno en casa Xichen, deja de pedir tantas cosas Xichen no podemos seguir consintiéndote tanto...

Fueron sus abuelo y tío los que compraban todo lo que quería y le enseñaron que su madre era una mala omega y un esposa terrible.

Un omega no perfuma a su esposo en público.

Un omega no niega que su marido pueda estar con otros omegas, el alfa puede hablarles e incluso disfrutar de sus aromas.

Un omega no discute con otros omegas por las insinuaciones o coqueterías que reciba su alfa.

Un omega no grita o arma escándalos cuando está celosa.

Un omega no...

Él se aprendió todas las reglas de memoria y las empleo desde su niñez, aunque su padre siempre decía que él debía ser el omega que quisiera; libre de las reglas de su familia.

Pero Lan Xichen no le hizo caso y buscó muchas maneras de seguir aprendiendo sobre las reglas de los omegas correctos.

Empezó a pasar más tiempo en casa de su abuelo y cada vez que regresaba a la suya su madre lo recibía con un beso y un perfume. Ella era demasiado territorial.

Era molesto.

Los cachorros sólo debían de perfumados por sus padres alfas y no tan seguido por sus madres, con ello demostraban lo legítimos que eran.

Dos cachorros y un Error Donde viven las historias. Descúbrelo ahora