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Connor.

–Oh no, Connor Jeffreys. Ni creas que me vas a dejar plantada.

–No te estoy dejando plantada, claramente te dije que tenía planes con Aslyn hoy, solo te recuerdo que no podemos salir, no dejaré a mis amigos plantados otra vez.

–¿Así que prefieres salir con Aslyn que conmigo? ¿Es eso?– preguntó Lara a través del teléfono con un tono irritado.

–¿Acaso dije eso? Solo te digo que ya tenía planes, no puedo cambiarlos cada vez que tengas ganas de salir, aún si ha pasado mucho últimamente no está bien.

–Claro, yo soy la mala ahora. ¿Sabes qué? Quédate con Aslyn, no tengo que soportar esto, Connor. Avísame cuando me priorices.

En ese punto de la conversación era cuando Connor pasaba del enojo a la desesperación rápidamente. El último mes había sido así, discusiones cada tantos días, Lara demandando atención y Connor dejando todo de lado para salir con ella.

Salían desde hace tres meses, y se había sentido bastante bien en ese tiempo, de verdad. Connor se lo repetía bastante a menudo, se la pasaba genial, Lara era increíble, de verdad le gustaba.

Pero eso no borraba el último mes de pesadilla que estaba viviendo.

Desde el inicio Lara lo invitaba a salir en cualquier momento y Connor lo hacía encantado, quería estar bien con ella. Y todo lo estuvo, al menos hasta que él empezó a negar las salidas para cumplir con sus compromisos previos. Al principio terminaba cediendo, no quería hacerla sentir mal, no quería terminar todo como con Ania, pero ya no era de esa manera.

Al escuchar aquellas palabras, algo dentro de Connor se encendió, y por una vez no fue desesperación lo que floreció en su interior: fue ira.

–¿Que te priorice? ¿Hablas en serio? Estos tres meses se han tratado de tí y hacer todo lo que has querido. He cancelado mis planes una y otra vez para darte el gusto. Y si no puedes ver eso, soy yo el que no merece esto. Y, ¿Sabes algo? Estoy harto de que discutas cada vez que no obtienes lo que quieres cuando quieres, y también de que involucres a mis amigos donde no tienen que ver. No paras de nombrar a Aslyn, pero la he plantado cientos de veces por tí, algo que no me enorgullece admitir, y aún así busca estar bien con ambos. Así que por esta vez, me quedo con ella. Quizás debí hacerlo siempre.

Después de decir eso, Connor cortó la llamada sin esperar una respuesta. Se sentía cansado.

Connor siempre había sido una persona pacífica, evitaba los conflictos a toda costa y buscaba estar bien con las personas a su alrededor, así que la situación le resultaba agotadora.

Dejó el teléfono en su mesita de noche cuando notó que sonaba, notificando el nombre de Lara en la pantalla, no quería seguir discutiendo.

Verificó la hora antes de entrar al baño a ducharse, aún tenía 45 minutos antes de ir a ver a Aslyn, así que se tomó su tiempo para relajarse y pensar en la situación en la que se encontraba.

Sabía que les había fallado a sus amigos en muchas ocasiones, pero no se habría dado cuenta de la gravedad del asunto de no ser por la conversación que tuvo con Conrad un par de semanas atrás, a partir de allí empezó a analizar su comportamiento, y solo pudo llegar a una conclusión:

Se estaba portando como un gran patán.

La culpa ni siquiera era de Lara, era suya. Era él quién debía poner límites y organizar sus prioridades. Pensaba en esto mientras se duchaba y arreglaba para salir, se sentía arrepentido, no sabía cómo compensar a sus amigos.

También empezaba a arrepentirse de cómo trató a Lara, estaba pensando en que quizás ella no lo decía con mala intención, solo quería estar más tiempo con él.

La ilusión de una venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora