xxi

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xxi. El señor que da libertad.

Oh señor
Mictlantecuhtli,
¿porqué no me
arrastra con
usted? como lo
hace un río con
los cadáveres.

Hágalo, pero no
me avise cuando,
absorba mi alma
para así ya nada
poder sentir.

Deje mi océano
seco, no importa
si muero por
deshidratación.

ETERNA AGONÍA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora