↪ las necesito conmigo

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— Jih — la profunda voz de Mina llamó a su mejor amiga, quien se detuvo para girarse y sonreírles a las dos alfas de su hermana mayor acercarse a ella en el estacionamiento de la institución después de haber terminado las clases

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— Jih — la profunda voz de Mina llamó a su mejor amiga, quien se detuvo para girarse y sonreírles a las dos alfas de su hermana mayor acercarse a ella en el estacionamiento de la institución después de haber terminado las clases.

— DaHyun unnie... ella...

JiHyo rió por la tierna manera en que NaYeon enrojecía al intentar completar la frase. — Está en celo, sí, por eso no vino hoy — por lo que la terminó por ella, sonriendo ampliamente con un deje de burla que hizo la castaña bufar en un pequeño puchero.

Sí, DaHyun había entrado en celo justo el día anterior, que fue después de hablar con JiHyo sobre la situación amorosa en la que se encontraba. Llegó de sorpresa, porque la omega mayor había estado tan ocupada tratando de no estresarse por el trabajo en la escuela y el lío con las alfas que sencillamente lo había olvidado por completo, así que cuando los intensos dolores abdominales comenzaron tuvo que quedarse en casa porque no podía ni quería moverse demasiado.

— Uhm... pensamos que podría sentirse un poco sola estos días, así que le trajimos esto — Mina levantó una bolsa de plástico negra que no dejaba ver el interior, ofreciéndosela a JiHyo, quien la tomó con una ceja alzada.

— No son dildos o algo así... ¿o sí?

NaYeon negó repetidas veces tanto con la cabeza como con las manos, su rostro coloreándose mucho más. — ¡No es nada de eso! En realidad son...

— Está bien, no quiero saber — JiHyo rió, metiendo la bolsa en su mochila —. ¿Cómo supieron que unnie estaba en celo?

— Conocemos su ciclo, también podemos sentirlo y olerlo.

Y mentira no era; cuando DaHyun estaba por entrar en calor, comenzaba a comportarse más mimosa con las chicas, y algunas veces hasta esquiva, como esos días en que estuvo un poco más dócil en las peticiones de ambas, como aquel día en el restaurante de comida rápida; antes de ir había estado tan pegada a Mina jugando con su mano como una gatita curiosa. Y el día en que llevó la sudadera de NaYeon, llevó su aroma todo el día, porque así aunque no estuviera con ella podía sentirla cerca. Ambas habían estado dudosas al principio, pero el aroma suave del caramelo parecido a la miel había estado intensificándose un poquito más durante esa semana, por lo que cada día se hacía cada vez más evidente que la unnie entraría en celo.

Sucedía que en ocasiones la misma DaHyun lo olvidaba por completo, pero bastaba que una de ellas preguntara inocentemente si era la semana del celo para que la unnie lo recordara. Eran tan atentas con ella que incluso llevaban inhibidores consigo por alguna emergencia. Y también eran tan exageradas que llegaban a alejarse durante ese tiempo y un par de días más hasta que la sensibilidad del calor haya pasado por completo, así no corrían el riesgo de que sucediesen accidentes como la última vez meses atrás en el celo de Mina.

No había sido nada de otro mundo, NaYeon fue la primero en notar el penetrante perfume de la cafeína tostada emanar excitación y actuar tan rápido como pudo cuando los sentidos de DaHyun se cegaron un poco a causa de ello. Así que justo en el momento en que Mina se abalanzó para olfatear el cuello de la omega, la castaña sostuvo a la unnie en brazos para salir corriendo de la pelinegra y darle calmantes que le devolvieran la suficiente cordura para regresar a casa. Desde entonces ambas alfas tomaron la decisión de llevar supresores todo el tiempo.

Cappuccino Candy ↦ MiNaHyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora