↪ Son Mis Bebés

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— ¿Y ahora por qué pelean? — DaHyun escuchó la voz de la alfa y sintió el familiar aroma cítrico de las naranjas en cuanto la tuvo sentándose junto a ella en la mesa de la cafetería.

DaHyun se encogió de hombros con la sonrisa divertida observando la manera en que las tontas cachorritas discutían cerca de la tienda del instituto, llamando completamente la atención. Los lobos pasaban de ellos sólo enviándoles miradas extrañadas, aunque eso no parecía importarles demasiado. Una risa se escapó de la garganta de la omega al ver a Nayeon rodear el cuello de la pelinegra desde atrás para hacerle una llave improvisada, mientras Mina manoteaba el brazo y lanzaba codazos para liberarse. Sus muecas del esfuerzo y su rostro enrojecido en verdad gracioso.

— Dije que tenía hambre.

La alfa asintió comprendiendo, riéndose cuando Mina lanzó una patada hacia atrás logrando que Nayeon perdiera el equilibrio y entonces aprovechara para correr, no pudiendo hacer mucho pues Im se aferró a su tobillo y la pelinegra cayó estrepitoso contra el suelo donde ambas comenzaron a forcejear.

— ¿No deberíamos detenerlas? Se van a lastimar.

— Nah ~ sólo están jugando — cuando Im se subió colocando ambas piernas a los costados de Mina, ambas empezaron a lanzarse manotazos como niñas pequeñas —. ¿Ves, unnie? Son unas bebés.

JeongYeon afirmó ante la pelea infantil, que terminó limpiamente con el duelo final de piedra, papel o tijera. Quien se levantó para correr gritando alegre fue Nayeon al haber ganado, mientras Mina se dedicaba a refunfuñar derrotada sacudiéndose la suciedad de sus ropas y acomodándose el cabello que Im despeinó. La alfa castaña no estaba mejor, Mina le había logrado rasguñar un poco el brazo, aunque eso no parecía importarle mucho, ni siquiera se molestó en acomodarse las ropas.

— Ow... quería que Mina me comprara el almuerzo, ella siempre compra galletitas de nuez — la omega rubia puchereó, aunque tampoco se quejaba en serio. No cuando Im parecía realmente feliz escogiendo un almuerzo para ella.

— ¿Y por qué dejaste que se pelearan?

— Porque es divertido — JeongYeon negó superado por la sonrisa inocente de la omega —, y además mira, Yeonnie compró comida, pero dejó que Minari comprara el refresco.

Y era cierto. Nayeon sólo movió la cabeza con la sonrisa ilusionada en su rostro para dejar que Mina se encargara de la bebida, provocando en la pelinegra una enorme sonrisa de oreja a oreja. Ambas cachorras siempre terminaban aliándose a pesar de derrotar limpiamente a la otro, al final repartiéndose algo para hacer feliz a la bonita omega. Y Dahyun sonrió cuando notó a Mina pedir un empaque de sus galletitas favoritas.

— ¿Por qué no les das una oportunidad? — JeongYeon cuestionó realmente curiosa, mirando a las cachorras regresar a ellas sonrientes — En verdad están enamoradas de ti.

DaHyun se encogió de hombros, susurrando: — No puedo tener dos alfas y tampoco quiero romper el corazón de una de ellas, las quiero a ambas, son mis bebés.

— ¿Quién dice que no puedes tener dos alfas?

DaHyun miró a la alfa a su lado, aplanando los labios. Mentiría si dijera que antes no había estado pensando en ello, porque en realidad sí que lo hacía. No podía ni quería tener que rechazar a una y tener que ver sus ojos tristes y esa expresión que le oprimiría el corazón. También había querido evitar que ambas se ilusionaran, pero fue demasiado tarde cuando se dio cuenta que ese par tenía sentimientos por ella. ¿Por qué tenía que ser tan difícil? DaHyun ni siquiera conocía sus propias emociones, sólo sabía que quería a ambas, pero no estaba segura si era de la manera amistosa y fraternal de siempre o de alguna forma romántica.

Cappuccino Candy ↦ MiNaHyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora