Acto III

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Ya había pasado un mes desde que el muchacho dejó a su amada madre a cuidado de los médicos. El coliseo estaba a cuidado de sus más cercanos dentro de este.

Al finalizar la segunda semana del no despertar de su madre, Sett se agotó de las palabrerías de los médicos. Así que buscando información sobre la extraña mujer ciervo, cayó en manos de los ancianos.

Estos les contaron sobre la caída de la fuerza de voluntad Orden, la derrota contra Caos; Sett no entendió muy bien a decir verdad, solo sabe que un loco quiere que todo caiga en caos.

Lo importante, los ancianos de la aldea le hablaron sobre una tal "Karma" una mujer el cual era el "Faro espiritual" de Jonia. Había rumores que ella era hija del Orden, lo cual, le servía bastante a Sett, todo se tomaba antes que nada.
Llego a la conclusión que si hablaba con la tal Karma podía obtener respuestas de la cervatilla, ya que se suponen que eran enemigos ¿o no?

Con esta conclusión medio rebuscada, Ahora se encontraba buscando a la mujer lejos de su pueblo.

Se encontraba dentro de un pequeño bar cerca de los bosques de bambú, un bar algo descuidado y con varios borrachos dentro.

– ¿Realmente no sabes quién es? –Resopló de cansancio al ver que el hombre solo negó con su cabeza y se posicionó cual oruga sobre la mesa –. ¡Vives aquí hombre! ¡¿Cómo se supone que voy a encontrar al faro de no sé qué si ni su pueblo la conoce?!

Al hombre bestia Vastaya ya se le estaba acabando la paciencia, está un tanto harto de hablar con puros borrachos, y los comerciantes de pueblo no servían de nada.
Ya resignado apoyó su cabeza sobre la mesada y levanto su mano con intenciones de emborracharse.

– ¿Qué le sirvo joven? –El camarero, rubio con parche en el ojo y un traje algo viejo, se había acercado hacia Sett mientras limpiaba un tarro de cerveza con un trapo.

–Lo más fuerte que tenga.

El hombre se dio la vuelta para preparar el trago. No es de más recalcar, a pesar de que el bar está un tanto descuidado, la vitrina que se mostraba al público estaba llena de botellas que ni Sett conocía, bebidas de diferentes regiones, había bastante variedad.

– ¿A quien anda buscando muchacho? – Ante la duda del hombre, volvió la cabeza hacia delante, dejando su antigua posición.

–A la tal 'Faro espiritual', estoy harto de buscar información de esa mujer, –El camarero colocó el tarro con el trago frente suyo –. Es tan estresante que ni su pueblo la conozca.

–Karma, ¿verdad? – Sett, quien estaba por tomar un trago de la bebida, paró y miró fijamente a quien se encontraba frente a él –. Una mujer de tez morocha, cabello plateado.

– ¿Cómo estoy seguro de que no me estas mintiendo? – por fin tomo un poco de la bebida, dando paso a un pequeño ardor en la garganta, nada que no pudiera soportar.

–No gano nada con mentirte, – mencionó entre hombros –. Un familiar mío iba constantemente a verla, por unos problemas, la conocí de niño.

–Necesito su ubicación.

– ¿Cómo sé que eres seguro bestia? – Gruñó un poco al escuchar ese apodo.

–Necesito la ayuda de esa mujer, mi má está en peligro.

El silencio se hizo presente, Settright ya no le prestaba atención al trago, necesitaba esa información, y si tenía que hacerlo por las malas, lo haría de todas formas. No es como si nunca se hubiera ensuciado las manos, lo haría dos veces, hasta tres, o más, su madre se encontraba de por medio.

El Orden y El Caos. // Settphel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora