Capítulo 5

18 2 0
                                    


Al dia siguiente me levanto temprano para poder salir a trotar un rato, ese siempre ha sido el mejor descanso de mis pensamientos, tengo lista una chaqueta azul con capota, una pantaloneta con una tela jodidamente suave y tomo cualquier par de tenis, luego me lavo el rostro para no parecer recién levantado, aunque efectivamente lo estoy. Salgo de casa y mientras comienzo a trotar construyendo mi propia pista, las preguntas comienzan a formarse por sí solas en mi mente ¿Por qué no podré hacer las cosas bien? ¿Me odiara? Seguramente piensa que soy la peor persona que conoció, además estoy seguro que la mayoría de personas que me han llegado a conocer lo han pensado para luego terminar asegurando que sus pensamientos eran totalmente ciertos en cuanto a mí.

Siempre he pensado que antes de ejercer algún tipo de esfuerzo físico se debe tener un problema o algo que resulte intenso para la persona, podría correr por horas debatiendo cada problema que tengo ¿Y si le invito a comer un helado? Podría solucionar un poco las cosas.

— ¡Oye! — hago una pequeña pausa para acomodar mi móvil — ¿Cómo estas Emma? — Contengo la respiración para no demostrar mi angustia.

—¿Qué quieres? Estoy ocupada — sé que ella también contiene la respiración para evitar ocasionar algún asesinato — No tengo ... — baja la voz para meditar mejor lo que va a decir pero yo estoy decidido a por todo.

— ¿Quieres ir por un helado? — le digo mientras camino de lado a lado esperando una respuesta y deseando que no sea negativa — ¿Si? — Estoy alucinando.

— Tu sabes que no me pueden ver contigo, entonces mi respuesta siempre fue más que obvia.

— He... Pensé... — tartamudeo, incapaz de encontrar la palabra adecuada para el incómodo momento. — ¿Podría llevártelo a casa? — no puedo creer que yo he dicho esto, es penoso.

— Si. Podría ser. — Me dice incrédula de mi propuesta.

Seguramente Emma está disfrutando esta escena y yo por mi parte siento que nunca pude respirar menos que en este momento.

— Entonces te llamo para dártelo, por fa quédate pendiente — me dispongo a colgar el móvil antes de que diga algo más.

Mientras me dirijo a casa consigo sonreír un poco mientras entiendo que acabo de pasar el momento más ridículo de toda mi vida, podría parecer un loco jodidamente drogado caminando solo riéndome de pensamientos que llegan a mi mente, pero como ignorarlo y mientras voy caminando veo a lo lejos la heladería más cercana a la casa de Emma, tiene un pequeño letrero con una nevera larga con diferentes tipos de helado, escojo el mío con sabor a chicle y el de ella uno de brownie porque olvide preguntar qué sabor le gustaba, además me siento aun peor comprando dos helados solo. Cuando voy llegando a su casa le veo en la ventana y sé que ella también lo estuvo esperando además la entrega debe tratarse como si estuviera vendiendo contrabando porque no quiero darle más líos con sus padres que a mi parecer a veces parecen estar algo locos en cuanto a cómo le golpean, pero ni al caso.

— Te traje de Brownie, no sabía cuál te gustaba — le digo mientras abre la puerta. — ¿Están tus padres? — le infiero mi deseo de platicar con ella.

— Gracias, está bien para mí — Lo dice mientras me ve de pies a cabeza lentamente — No, salieron, pero seguramente no tardan — lo dice sin inmutar algún tipo de lamentación por mí.

— Ah bueno, solo quería verte un rato — le digo sin pensar bien que he dicho como siempre suelo hacer. — Bueno, es decir, tú me caes bien y eres muy linda como no querer... — lo digo mirando el suelo contando cada espacio entre líneas de la casa de Emma.

Y se abre espacio a un silencio incomodo que, aunque no se dice nada, puede entenderse todo, además le entiendo de primera mano comprendo el peligro que corre solo por verme, sus padres no quieren verla a mi lado y ella aquí aceptando nuestra más larga interacción.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 05, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Luces y SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora