Capitulo 4

35 2 0
                                    


Luego de un rato parados en el marco de la puerta captamos todo lo sucedido hace unos instantes, nos volteamos a ver para intentar persuadirnos de lo que nos esta sucediendo que puede ser peligroso tanto como para ella, porque si sus padres le vieran seguramente no podria volver a salir en un tiempo o para mi que he evitado el amor desde que tengo memoria. 

— ¡Hola! —le digo nervioso, como si no hubiéramos hablado la noche anterior o hace un instante.
— ¿Cómo estás? — Me responde ella mientras sus mejillas se sonrojan — y yo comienzo a entender la situación, además es algo que debemos aprovechar, ya que dado el odio de sus padres hacia mí nunca estamos solos y ya que ninguno de ellos esta lo quiero hacer.
— Bien, algo cansado ya que no me dejaste dormir con "tantos mensajes" — lo digo mientras le sonrió lentamente, creo que no es muy mío estar sonriendo, pero molestarle a ella me causa un poco de gracia.
— Es que mi plan es enamorarte y luego herirte — dice ella siguiendo mi juego, sin saber que ni en sus sueños podría herirme o si lo quisiera podría, pero no lo sabría. —¡Espero nadie nos vea o puede que mis padres terminen asesinándome y de paso a ti! — lo dice ya algo más preocupada.
— No estamos haciendo nada, no veo cual es el problema o bueno seguramente ellos saben algo de mí que ni yo mismo puedo saberlo. —le digo a modo de broma intentando relajar la situación mientras nos vamos acercando a la cancha.
—Seguramente saben que eres de esos chicos que van por la vida coqueteando con todo mundo – me dice sin si quiera verme para saber si lo dice de broma o me está liando de primera.
La verdad puede que si sea de esos chicos que van por la vida liándola con todas, pero no es porque quiera hacerme el míster hombre o sentirme mejor por ello, sé que con ella lo hago igual como si todo se tratara de la regla de determinados pasos, donde yo me determino a juguetear un rato, luego finjo algo de desinterés, les doy a probar de algo y luego me pierdo sin interés alguno de sus sentimientos, aunque la particularidad de ella, es que sus padres me odian de una forma tan especial, quiero ver que tanto pueden llegar a odiarme si saben que tienen razón, pero la bebe de la casa está obsesionada con el chico que no debería, sinceramente con el tiempo aprendí que esos chicos que son tan jodidamente peligrosos en una relación les gusta a ellas, entendí que el dolor les atrae sin razón alguna, les gusta que sus padres pierdan la cabeza y les prohíban las cosas para poder sentirse mejor con ellas mismas, son un poco como nosotros probando el dolor para poder saber que tanto podemos aguantar.
¡Que comience el maldito juego!

Le paso por un lado rozando su mano, cuando tiene el balón llego de frente para que sienta mi aroma, le tomo por la cintura para sentir como logro que todo su cuerpo se esté tensando, le miro completamente cuando veo que ella no deja de mirarme, sé que todo va de acuerdo a lo planeado cuando ella comienza a pasar por mi lado rosando mi mano también, sé que ella piensa que coqueteamos y no que está en un juego donde ella es el cervatillo que camina pensando que todo está bien, mientras yo le veo como mi presa. Mientras jugamos con el balón de lado a lado de la cancha sé que vamos conectando aún más y me quedo completamente quieto cuando le veo mirar a una mujer que está sujetándose de una baranda de la cancha sin decir ninguna palabra, la verdad no entiendo que pasa o porque tiene tanto miedo mientras voy acercándome para entender la situación, haciéndome bajo la sombra para poder ver un poco mejor, creo que ya sé que está pasando, nos vieron seguramente eso paso.
— ¡Emma! — le dice una señora con cabello oscuro, no tan alta y muy molesta. — Puedes venir por favor. — le dice entre dientes intentando no perder la cordura.
— ¿Señora? — dice Emma con aparente miedo, mientras da cada paso acercándose a la horca.
No escucho nada porque estoy algo lejos para evitar poner más incómoda la situación, pero por la simple expresión de mi cervatillo sé que está en líos por mi culpa, la verdad desearía sentir remordimiento, pero no se me da muy bien que digamos, además si lo pienso bien no he hecho absolutamente nada malo por ahora y aún más sabiendo que es su culpa que todo esto esté pasando; la señora luego de decirle algo toma rumbo y se despide de todos mis amigos menos de mi , que obviamente soy su enemigo, cosa que no es de mi importancia ya que no es de mi gusto eso de los modales.
— ¡Es tu culpa! — le regañaron seguramente — escucho una voz muy ronca y claramente conocida, mi queridísimo Apolo como siempre juzgando mis decisiones.
— Jodete, no he hecho nada. — le digo viéndole a los ojos intentando no expresar una sonrisa de satisfacción por mi presunta batalla ya ganada.
— No me vengas a mí con eso, puede que cualquier patético niñito de aquí crea en eso, pero yo sé que quieres fastidiar a sus padres, pero la vas a terminar lastimando.
— ¡No entiendo cuál es el maldito problema! nadie muere por un desamor o alguna de esas niñadas que seguramente te la pasas viendo en la tele, tarado.
Me mira molesto y sin mediar palabra se retira, dándome la victoria que seguramente es más una muestra de que quiere evitar una pelea sin sentido donde seguramente no pienso aprender nada. Él sabe que sus padres sin saberlo me han retado a una competencia de quien gana primero y yo soy la persona más competitiva que seguramente existe en juegos imaginarios de egos. Una vez gane una competencia imaginaria con una señora que creía que yo no podía romperle el corazón a su hija luego de que ella me sacara del colegio donde era coordinadora, aunque fue un arduo trabajo y la ilusión fue más interesante porque me determine a no tener ningún tipo de contacto físico con la chica en cuestión, la destruí y seguramente gracias a mi entendió que a veces debe escuchar a su madre. Sé que no soy su mejor opción, he visto lo que puedo hacer, pero ella aun cuando ha visto cada acto desalmado saciado por mi ego sigue aquí, sé que le tengo porque puedo ver en sus ojos la necesidad de tenerme a su lado.
No todo lo que pase con ella tiene que ser mi culpa — lo digo para sí mismo a modo de apoyo, evitando tomar a consideración cualquier cuestionamiento.
Bueno sigamos, no pasa nada — dice mi querida fanática fingiendo que aquello que le espera en casa no es algo porque atormentarse.
¿Todo bien?
Si, solo me ha dicho que no me entre tarde.
Claro, si quieres creer eso. Ya he visto su mirada puesta sobre mí.
¡Por favor, no prestes atención!
Me llegue a sentir mal por un instante, no me imaginaba todo lo que tenía que soportar solo por quererme con ella, pero ¿Cómo podría justificar a su madre? Claramente sabiendo quien era yo mismo, podía entender el fastidio tan intenso que sus padres tenían conmigo y por alguna razón estaba deseando que ella no sintiera ese gusto tan profundo por mí. Pero que podría hacer yo que le alejara para salvaguardar de ella, si cualquier acto podría destrozar su alma, ella es demasiado para mí.
Quisiera ser bueno por ella, aunque sé que con mi mayor esfuerzo no lograría nada, solo terminaría destruyendo su alma, le he visto de lejos mientras hace todo lo posible por ser la mejor con la pelota ¡seguramente lo es! No sé si fue por mi o por un gusto a ser muy buena en todo lo que hace, pero verle jugar causa demasiadas sensaciones en mí. ¡Mi alma es el fuego que haría cenizas su ser! Esta más que claro, puedo ver todo aquello que es ella en su mirada, mi gusto por Emma es la sensibilidad, la inocencia que se ve reflejada en ella, puedo ver como sus ojos cafés intentan descifrar mi ser sin tener duda alguna que esconden, ella quiere rescatarme y seguramente piensa hacer de ello su propósito sin tomar a consideración que soy causa perdida.
¿Estás bien? — me dice como si se diera cuenta que estaba físicamente pero mentalmente no tanto.
Si, solo algo distraído.
Eso he visto, pero si sigues viéndome de esa forma podría creer que estás enamorado de mí.
"¡Mierda! Eso no puede ser posible, es tan solo una niña tonta e inocente que cree que puede tenerme para ella sola ¿Por qué me importara tanto que diga eso? Ella me está leyendo."
No, estaba pensando en una chica con la que estoy saliendo.
Ah. — sé que le ha dolido, pero, aunque no lo parezca es por su bien y estoy seguro que mi mentira puede alejarle un poco de mí.
Transcurrió todo el juego en silencio y evitando cualquier tipo de contacto conmigo, se que le ha dolido, pero no puedo hacer más que salvarle por ahora con algo de dolor aun cuando mi maldito ego arda por no tenerla deseosa por mí. Mientras que todos se dan las gracias por un buen juego yo me permito irme sin decir absolutamente nada, no estoy de humor para estar con ella ahora mismo, además siempre han dicho que no soy la persona más feliz del mundo si quiera ni el más divertido. Me voy a mi casa totalmente agotado por haber estado corriendo de lado a lado, ellos dicen que soy muy bueno, pero para mí es algo natural hacerlo, entonces tener un poco de admiración no es algo que me interese, mientras voy llegando me determino a ducharme para poder ir a dormir un poco.

Luces y SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora