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Seishu subió corriendo por las escaleras. "Estúpido elevador" pensó, "¿Por qué tenía que descomponerse justo este día?"

Ya de por sí odiaba los lunes, pues tenía más clases que el resto de la semana y doble turno en su trabajo. Avanzó hasta su departamento sorprendiéndose porque la puerta estaba abierta. Había una joven pelinegra ahí y un niño, que apenas podía caminar, abrazado a sus piernas.

Sin saber exactamente que hacer entro pasando al lado de la mujer.

El niño estaba llorando. Miro a Kokonoi con cara de: "¿ Qué rayos está pasando?"

—Amma no vayas.

 Entonces se detuvo justo a tiempo para ver como ella empujaba al niño.

—¡Basta ya no te soportó!— gritó como si estuviera loca — ¡No has hecho nada más que estorbar!

—¡No puedes dejármelo, así como así! —le gritó de regreso Kokonoi a la mujer.

—¡No me subestimes!, ¡Soy la única estúpida que se está haciendo cargo de él!, ¡Tu también eres su padre!

Inui ignoró a los dos y fue directo a poner al niño de pie mirando que no se hubiera lastimado.

—¡Pero te estoy dando dinero para que lo cuides!

—¡Crees que el dinero lo soluciona todo!, ¡También quiero mi vida normal!

—¡Eres su madre ya no puedes tener una vida normal!

—¡Y tu su padre! — gritó ella jalándose los cabellos de forma desesperada—. Tú no sabes cómo es ser madre soltera, ningún hombre va a tomarme enserio con un hijo, no puedo enamorarme, ya no puedo seguir estudiando y él es insoportable. Lo siento, pero no lo quiero.

—¡Amma! — el pequeño gritó de nuevo aferrándose a sus piernas—, ¡No quiero que te vayas!

—¡Que me dejes!—la mujer lo empujó de nuevo— Lo siento Koko yo me voy— se fue corriendo 'por los pasillos del departamento, Kokonoi fue tras ella.

El niño también trató de correr, pero sus pequeñas piernas no lograron alcanzarlos y sólo atinó a llorar. Inui lo tomó entre sus brazos aún bastante desconcertado por lo que acaba de presenciar.

—Ya tranquilo, no llores— quería consolarlo sin éxito

Kokonoi lo iba a escuchar  cuando regresará. Pero eso no paso pronto y no quería dejar al niño solo, más bien no podía, por lo que no pudo acudir a su trabajo, lo que empeoró todo, sabiendo que se había tomado unos días para estudiar en los parciales.

—"Estas despedido"— le dijo su jefe, ahora ex jefe, por teléfono y Inui suspiro un poco molesto consigo mismo y con Kokonoi.

—No ha sido mi intención faltar, de verdad que ha surgido un problema.

—"Problema el que yo tengo  aquí en la plaza, lo siento jovencito, te contrate porque te vi como alguien responsable, pero me equivoque"

—Señor Souht.

—Nada, ven mañana por tu liquidación 

Suspiró profundamente de nuevo, sabiendo que no había nada más que hacer.

— Está bien, gracias.

Miró de nuevo al niño durmiendo en su cama, nunca se habría imaginado que Kokonoi tuviera un hijo, probablemente porque el menor nunca lo había mencionado, aunque tampoco lo dudaba, el pelinegro no era precisamente una blanca paloma.

Cuando escuchó la puerta cerrarse, corrió para enfrentarlo; sin embargo, verlo derrotado a punto de llorar en la puerta del departamento, lo dejo callado.

—No logré convencerla, dijo que si se lo devuelvo va a dejarlo en una casa hogar o de plano abandonarlo en la calle, ¿Qué clase de madre abandona un hijo?

—Hablas como si ella fuera la única responsable, no la dejaste sola tú todo este tiempo, porque claramente, eso fue lo que escuche, antes de juzgar a otros mírate en un espejo— le dijo sereno y sin pelos en la lengua.

—¡Pero ella es su madre!

—Y tu su padre.

Kokonoi lo miró de mala gana y después con resignación.

—¿Qué voy a hacer con él?, si mi padre se entera, me mata.


PAPÁ SOLTERO - KOKONUI- FINALIZADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora