Y TU, MI DULCE CARAMELO

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Mi amada Marcy, este fin de semana sin ti ha sido una completa tortura.

Sasha dice, que he perdido la cabeza porque no puedo dejar de a hablar solo de ti, pero mi amada, dime, crees que es tan malo que yo esté perdidamente enamorada de ti, yo digo que no, pero de ser "si", agradezco al universo de que aparecieras en mi vida.

—Que tierna, oh, aquí hay otra.

Mi querida Marcy, tengo que confesarte que se me están acabando las ideas para ocultar las cartas entre tus pertenencias, sin ser descubierta, si no fuera porque hoy tuviste que salir a una reunión urgente de tu club de ajedrez ten por seguro que no estuvieras leyendo este párrafo insípido.

Por cierto esta breve carta no tiene el objetivo de ser un aviso, sino también, es una advertencia. "PREPÁRATE" porque un sinfín de fuertes oleajes de placer te hará temblar, tanto que cada día desearas más hasta que se te enchine la piel. ¡Y no miento!, prometo que experimentaras una auténtica tormenta eléctrica mientras tu cuerpo se estremecerá en esponjosas nubes blanquecinas.

P.D. Te quiero, te amo y deseo abrazar tú desnudes.

—¡Uy picante! —una voz con tono gastado inunda la habitación con su esencia entusiasta.

—Todo bien abuela

—Sí, estoy disfrutando de una estupenda y entretenida novela juvenil romántica.

—Fabuloso, me alegra que mi selección de lectura sea de tu agrado, puedo saber quien es el autor, quizás... El rostro de Marcy se tiño de rojo —abuela, eso es personal.

—Descuida, no le diré nada de las cartas al aburrido de tu padre aunque, si no cubres bien el chupetón de tu cuello con maquillaje, yo ya no podre hacer nada.

—E-es solo... Fue un accidente —exclama con nerviosismo Marcy.

—Tranquila, tienes mi palabra. Y ya no puedo esperar a conocer a la persona que ha robado tu corazón o quizás si espero aún lado de tu ventana —dice la anciana con picardía, atreviéndose a leer en voz alta lo siguiente.

"Mi pequeña hermosa Marcy, no creas que me he olvidado que aún está pendiente nuestro beso de 25 minutos y estoy consciente de que aún no estoy en posición del mínimo toque atrevido, pero no importa, porque esperaré con calma, por lo mientras tendrás que soportar todas mis visitas nocturnas; por cierto, nunca olvides dejarme abierta la ventana de tu habitación.

P.D. Ya quiero verte dormir entre mis brazos, aunque este bajo advertencia.

—El hematoma en mi cuello fue por un reto de Sasha —Se apresura a decir Marcy culpándose por ser descuidada, ahora como hará para que su abuela le crea, ya que su querida abuela no deja mirarla con ojos pícaros.

—Si entiendo, el clásico juego de verdad, reto o castigo y también está el juego de chupa, muerde y come...

La mente de Marcy quedo en blanco, jamás podría ocultar que jugo lo segundo, su abuela es una mujer con experiencia —A nadie le gusta correr desnudo —es lo más estúpido que ha dicho en su joven vida, ahora tendrá que escuchar un sermón sobre los límites del noviazgo. Y aquí viene...

—Mi niña... tal vez por el momento dices eso pero cuando menos te lo esperes, te preguntaras al otro día ¿Cómo termine desnuda?

Marcy se tensó por los nervios, no puedo evitar pensar que dentro de unas horas, Anne llegara y quizás su abuela no se equivoca porque la semana pasada cuando las dos permanecían abrazadas, un abrazo de buenas noches antes de que Anne se fuera, pero ella al no querer dejarla ir, se le ocurrió la gran idea de morder su cuello, solo quería jugar un rato, pensó que Anne solo le devolvería el gesto con otro fuerte abrazo pero en cambio, lo que vino después la tomo por sorpresa. Anne de inmediato la beso y no era como el beso rutinario de cada día, no ese beso era diferente, era intenso, extremadamente adictivo, era tanto la curiosidad de seguir explorando que sin darse cuenta ya estaban encima de los cobertores de la cama. Aún puede sentir la mano de Anne tocando su muslo con suavidad, aún tiene la sensación de sus manos aferrándose a la playera de Anne, si no fuera porque su padre llego temprano a casa ya hubieran probado las mejores frutas exóticas. Marcy sin disimular, muerde su labio y después dibuja una sonrisa traviesa en su rostro.

UNA CARTA, UNA MIRADA...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora