01. TearStars

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Bakugo quería explotar todo a su alrededor, pero eso no arreglaría nada

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Bakugo quería explotar todo a su alrededor, pero eso no arreglaría nada.

Miró al peliverde, a su mente llegaron imágenes de ese mismo pecoso pero a través de todas sus etapas, el pequeño que siempre lo seguía sin importar cuanto lo atormentara, el jovén al que torturó durante su paso por la secundaria, al chico que fue capaz de entrar a la UA y hacer amigos a diestra y siniestra, el hombre que había logrado cumplir su sueño y convertirse en el héroe número uno de Japón.

Como el heredero de All Might, para nadie fue una sorpresa que lograra tal hazaña, lo que sí fue tema de conversación fue que el héroe Deku se retirara un mes después de dicho logro, mucho se especuló sobre el porqué de esa decisión, pero al final nadie llegó a una conclusión creíble.

A Katsuki le llevó meses obtener información del paradero del peliverde, meses y un montón de ruegos a su madre para que esta le sacara información a Midoriya Inko sobre donde se encontraba su hijo.

Al principio Bakugo había decidido darle su espacio, total no es como que en últimos años hayan tenido mucho contacto como para llegar como si nada y preguntarle sus razones para retirarse, así fue hasta que vio una fotografía en la que el de ojos esmeralda había sido etiquetado, en ella aparecían el ex héroe número uno y Uraraka, ambos con gafas de sol sentados en en una hermosa playa, la foto había sido tomada por la castaña y Deku parecía no haberse dado cuenta pues él miraba al mar.

La razón por la que Katsuki se alarmó al ver dicha imagen fue por la expresión en el rostro del peliverde, pues aunque parecía estar tranquilo, él que lo conocía de toda su vida pudo notar las líneas en el rostro que delataba preocupación y la postura en su cuerpo que mostraba la fatiga que sentía. Fue por todo eso que se decidió a buscarlo.

Inko le dio la dirección de su nueva casa, se encontraba en los más recóndito de un pequeño pueblo, en cuanto tocó la puerta lo primero que escuchó fueron ladridos, casi dos minutos después un peliverde abrió la puerta, parte de su rostro se escondía detrás de un par de gafas oscuras.

ー¿Quién es? ーpreguntó frente a él.

Bakugo se quedó estático, ¿por qué preguntaría teniéndolo enfrente?.

Una parte de él sabía la respuesta, pero se rehusaba a aceptarla.

Los siguientes segundos lo único que se escuchaba era la respiración de ambos.

ー¿Kacchan?.

ーHola nerd.

Lo siguiente que Katsuki supo fue que se encontraban en la sala, sentados uno frente al otro.

Izuku soltó un suspiro y se quitó las gafas, Katsuki siempre había considerado que esos ojos que brillaban como esmeraldas eran hermosos, pero ahora lo que veía eran un par de orbes con nebulosas de colores y sabía a qué se debía.

Era la etapa final del TearStars, una enfermedad en la que el afectado ーtal como el nombre lo decía ー lloraba lágrimas que parecían ser estrellas, con múltiples colores y tan brillantes como aquellos cuerpos celestes, algo hermoso excepto que con el pasar del tiempo la vista se degrada hasta que la persona quedaba completamente ciega, los ojos se verían como nebulosas, pero toda esa belleza sería inservible, la única manera de acabar con la enfermedad era que el amor reprimido que causaba la afección, fuera correspondido.

ー¿Qué tan avanzado está? ーpreguntó el rubio.

ーEn este punto solo distingo algunas sombras, los doctores piensan que a este ritmo en menos de seis meses la perderé por completo.

Bakugo apretó el puño, hace años que sabía lo que Izuku sentía por él, pero había decidido ignorar esos sentimientos, siempre soltando comentarios que le dejaran claro que nunca le agradaría, siempre luchando contra lo que sentía por el pecoso, todo por ser aceptado como uno de los héroes más fuerte, por miedo a lo que dirían si sabían de ellos.

¿Y para qué?

¿Para que todo ese talento se perdiera por culpa de una extraña enfermedad?

Ahora que él era el número uno se sentía tan solo y vació, la única persona que podía aliviar esos sentimientos probablemente ahora lo odiaba.

Aunque conociendo al pecoso eso sería prácticamente imposible.

Como fuera, ya no había vuelta atrás, ahora lo único que podía y quería hacer era quedarse a su lado, ser su apoyo, ser sus ojos y redimir todo el dolor de los últimos años.

Como fuera, ya no había vuelta atrás, ahora lo único que podía y quería hacer era quedarse a su lado, ser su apoyo, ser sus ojos y redimir todo el dolor de los últimos años

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