03. Fetiches

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Después de un agotador día de trabajo lo único que Katsuki quería era llegar a casa, relajarse con alguna película y no saber nada del mundo por las siguientes horas

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Después de un agotador día de trabajo lo único que Katsuki quería era llegar a casa, relajarse con alguna película y no saber nada del mundo por las siguientes horas.

Con eso en mente salió del elevador y camino por el pasillo directo a su puerta, se sorprendió al ver un paquete marrón fuera de esta, supuso que sería el nuevo libro de cocina que había pedido por internet, lo mejor es que había sido una promoción, en la compra del libro le regalaron un set de cuchillos profesionales.

Eso sin duda mejoraba su estado de ánimo, así que aceleró el paso, tomó el paquete y entró al departamento, rápidamente dejó las cosas en el sillón de la sala y se cambió de ropa y se dispuso a disfrutar de su nueva adquisición.

Rompió el sello de la caja y lo que encontró no fue lo que había pedido, sino un bonito papel china blanco que envolvía un par de prendas que apenas eran dignas de ser llamadas así pues estaba seguro que eso no cubriría absolutamente nada.

Movido por la curiosidad sacó el pequeño corset, la diminuta tanga que tenía pegada una borla blanca, unas medias negras y una diadema con un par de orejas de conejo.

Cerró la caja y miró la etiqueta con los datos del envío.

Apartamento 6C.

Eso explicaba muchas cosas, el suyo era el apartamento 6B, el repartidor solía cometer ese error, dejaba los paquetes de su vecino frente a su puerta, siempre revisaba los datos y se limitaba a ponerlos frente a la puerta correcta, supuso que esta vez cometió ese error debido al cansancio y la emoción de usar los nuevo utensilios.

Bueno no habría problema si lo entregaba y explicaba que había sido un error, por lo poco que había visto de su peliverde vecino el chico era muy tímido y tranquilo, nunca nadie se había quejado de él.

Quien diría que tenía unos gustos tan... interesantes.

Por suerte Katsuki no era alguien que se intimidara fácilmente, así que regresando todo a la caja se salió del departamento y cruzó el pasillo, tocó y después de un par de segundos un pecoso joven abrió, nada más verlo el chico se sonrojo.

ーHola ーdijo con un hilo de voz.

ーEsto estaba frente a mi puerta, me temo que no vi los datos y lo abrí, pero todo tu disfraz esta en perfecto estado.

Le tendió la caja y un par de temblorosas manos la tomaron.

Bakugo se preguntó cómo alguien que a todas luces era excesivamente tímido podía usar esa clase de cosa, entonces su mente le jugó una mala pasada, imaginandolo con el traje puesto y sin duda era una imagen digna de alabar, desde aquí podía ver que el chico poseía una figura envidiable, delgado pero de músculos bien definidos y un par de ojos cautivadores.

De pronto regresar a su sala a ver películas ya no sonaba tan interesante como conocer la otra faceta de su vecino, el traje de conejo estaba bien, pero no podía evitar imaginarlo también con uno de gato, con todo y cascabel o podría ser un lindo cachorro, correa incluida.

ーGracias.

El murmullo lo sacó de su muy activa imaginación.

ーDe nada ーrespondió ーy dime, además del conejo, ¿qué otros interesantes trajes tienes?.

ーDe nada ーrespondió ーy dime, además del conejo, ¿qué otros interesantes trajes tienes?

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