-Creí que jamas vendrían por sus cosas, mi casa parece bodega y estacionamiento los vecinos ya se están quejando de que no se pueden estacionar-.
La abuela vivía en el único fraccionamiento del pueblo por eso se podía dar el lujo de decir que tenia vecinos quejumbrosos.
-Que cariñosa abu, yo igual la extrañe ¿Como ha estado?- dijo Raúl, riendose ante el saludo de la abuela.
Es una viejita con el cabello grisáceo y canoso con tez un poco morena y sabios ojos obscuros, un tanto gastada por la edad.
-Muy bien Raulín, Paulita ¿ya veniste por tus cacharros infernales?
-Ya abu,- le respondí mientras le daba un beso en la mejilla- vine a desalojar área para que nos pongamos a cocinar.
-Muy bien pues apurate por que ya no me doy abasto en la cafetería.
-Si abu.
Subí mis cosas a la camioneta y mi hermano se fue con ellas.
Me despedí de mi abuelita mientras me subía a mi coche (que avía traído el mes pasado cuando mi mama tomo la decision de que vendríamos a vivir aquí).
En ese momento lo vi de reojo... Alejandro.
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SECRETOS
Teen FictionDime, de todos tus secretos... ¿Cual es que no dejarías salir a la luz?