Comencé a caminar junto con Haruchiyo hacia mi barrio, mi dulce hogar.
- ¡Bienvenido a los suburbios de Tokio! - Dije alzando los brazos mirando a mi ciudad, los barrios bajos de Tokio
Comenzamos a caminar, Haruchiyo iba demasiado pegado a mi, al parecer era un chico que no estaba relacionado al 100% con los suburbios, era normal que esté asustado
– Si continuas así que pegote, te golpeare – Lo amenace, rápidamente se alejó de mí – Deja de comportarte tan asustado, nosotros olemos el miedo
– ¿E-enserio? – Me pregunto asustado
– No, Jajajaja ¿De verdad pensabas que somos unos perros? – Me reí a carcajadas
– Nunca he caminado por estos lugares – Miraba asustado
– Se nota ¡Hey, Rice! – Llame a un chico encargado de las reventas – Mira lo que te traje, tu nueva víctima
– ¿V-víctima? – Haruchiyo temblaba del miedo
– ¿Te refieres al blanco? – Me pregunto Rice, yo asentí - ¡Genial! Entrégamelo
– Como órdenes – Me puse atrás de Akashi, este estaba pálido
– ¡Hey, no me vendas, no te hice nada! – Haruchiyo intento detenerme, pero solo saque la radio de su bolsa
– ¿De qué hablas? La radio la saque del auto blanco de tu escuelita – Pude ver como tenia una cara completamente confundida
– A... - Solo se limitó a decir eso, dios ,qué divertido es este chico
– Ten, Rice – Le entregue la radio
– Fantástico... ningún rasguño, gracias Berrie, Ten – Me dio 10.000 yenes, bastante dinero
– Genial, gracias Rice, me avisas cuando veas un nuevo auto. Adiós – Tome la mano de Haruchiyo y lo aleje rápidamente. Una de las reglas era "Mantente siempre en movimiento"
– ¿Te dieron 10.000 yenes por una radio? – Me pregunto curioso
– Así es, trabajo fácil, dinero fácil ¿Y tu que? ¿Solo estudias, niño bonito? – Le dije en tono de burla
– ¡No soy un niño Bonito! – Me encaró
– Te recomiendo no gritar en estas zonas... puede ser peligroso – Le dije seria, era verdad, podía ser peligroso y más si hablamos de gente "normal" caminando en estos lugares – Ven, acompáñame
Lo guie a mi casa, empujé un mueble viejo para entrar por la ventana hacia mi habitación, le extendí mi mano para ayudarlo a entrar. Una vez adentro le ofrecí sentarse en mi colchón.
– Siéntete cómodo, porque es lo único cómodo que tengo – Dije riendo
– ¿Aquí vives? – Miro las cuatro paredes de mi habitación, estaban sucias, húmedas y no había luz
– ¿Algún problema? Una casa solo debe cubrirte del frío, solo eso – Me senté en el piso frente a él - ¿Quieres algo para tomar? Tengo gaseosas
– Si, dame una por favor – Me dijo, levante una tabla de mi piso sacando dos latas de gaseosas, le lance una - ¿Acabas de romper tu piso? – Me miro confundido
– Se vuelve a poner, no te espantes que no se acabara el mundo – Me reí - ¿Así que no eres un chico rico?
– No, como te dije antes, mi papá se encarga de trabajar, soy hijo único y quieren que tenga un buen futuro – Me dijo mientras se retiro la mascarilla, tenía dos cicatrices a ambos costados de su labio
– ¿Hijo único? Jaja, al igual que yo – Abrí mi gaseosa y comencé a beberla
– ¿No preguntaras por mis cicatrices? – Me pregunto curioso, yo lo mire extrañada
– ¿Debería? – Levanté una ceja – Todos tenemos marcas en nuestro cuerpo, no deberíamos sentirnos avergonzados por ello – Me levanté posicionándome frente a él y alcé mi polera mostrándole mi abdomen donde había una gran quemadura – Esta quemadura me la hicieron mis queridos padres al lanzarse agua hirviendo cuando tenía 9 años, un lindo recuerdo.
– Dios... que grande quemadura... - Haruchiyo toco mi abdomen con sus dedos fríos, eso erizo mi piel, rápidamente me baje la polera – L-lo siento, no debí tocarte
– No te preocupes... ¿Y la tuya? ¿Cómo aparecieron? – Me acerco a él para mirarle las cicatrices
– Un... amigo me las hizo... - Haruchiyo miro a otro lado, yo las toque con mucho cuidado, su rostro se sonrojo bastante
– Mm... ¿Por eso usas mascarilla? Mm... bien – Me retire la polera quedando solo en brasier – Si tu ocultas tus cicatrices por miedo, yo te mostraré la mía para que no sientas vergüenza o miedo
– E-esta bien – No me miraba a la cara, estaba totalmente rojo
– ¿Acaso nunca viste a una chica sin polera? – Este negó rápido sin mirarme – Dios, que inocente eres – Me reí, Haruchiyo me miro molesto – Uuh no se enoje, niño rico
– ¡Que no soy un niño rico! ¡No tengo dinero! – Me gritó
– ¿Y como explicas esos 10.000 yenes? – Le preguntó irónica
– Era para mi madre, está muy enferma y la farmacia solo acepta efectivo... - Maldición, me siento culpable por haber robado ese dinero
– Esta bien, ten tu lo necesitas mas que yo – Le doy los 10.000 yenes de la venta de la radio – No sabía que ese dinero era para tu madre...
– Pues lo era – Me recibió el dinero molesto – Y mi celular, fue un regalo de mi padre por tener buenas calificaciones ¿Y ahora cómo le diré que una ladrona me lo quito?
– Dios, ya ten – Le entregue el celular que estaba en mi bolsillo rodando los ojos – No podíamos venderlo, esta marca de celulares tiene GPS, nos delataría bastante rápido ¿Feliz?
– Si, gracias por devolverlo – Esté guardó el dinero y su celular - ¿Y que haces en todo el día?
– Conseguir más dinero, ahora solo me quedan... 0 yenes para poder comer algo - Me coloque mi polera y mi chamarra
– ¿No tienes nada para comer? – Me pregunto, yo levanté una ceja
– Para las visitas no tengo – Rodé los ojos - Vamos, no puedes quedarte aquí por mucho tiempo, en unos minutos comienza la prostitución de día y tu frágil mente no lo soportaría
– ¿P-prostitución de día? – Yo asentí mientras salía por la ventana
– La prostitución de día es la más horrible, o robas o te venden, así de simple. Por eso tengo a mi grupo de amigos que nos cubrimos las espaldas. Tenemos nombres códigos, pero si no tienes uno significa que te pueden vender al primer pervertido que pase
– ¿Por eso tu nombre "Berrie"? – Me pregunto curioso
– Exacto, cariño – le palmeó el hombro – Es hora que te saqué de aquí, o todo se pondrá feo, vamos – tome su mano y lo saque rápidamente del barrio
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𝕾𝖚𝖇𝖚𝖗𝖇𝖎𝖔𝖘
FanfictionHaruchiyo Akashi siendo un chico que vive de la buena vida al tener buena posición económica. Berrie siendo una chica que vive en los barrios bajos al tener mala posición económica. Conociéndose de la manera más extraña, un robo. La aburrida vida de...