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PARTE 1


Volver a casa, era tranquilo, no tenia demasiadas responsabilidades, pero muy a menudo era complicado compartir mi habitación con mi hermana, ella era astutamente malcriada, tenia ese encanto infantil que servia para manipular a mis papas.


 Por otro lado estaba mi hermano mayor, que por ser hombre tenia una habitación para el solo, el era alguien relativamente independiente, aunque era mas que obvio que mi mama tenia una pequeña debilidad por el, por lo tanto le era sencillo sacarle dinero a ella, mientras que para mi hermanita era fácil sacarle dinero a mi padre (o lo que sea en si)


Luego estoy yo, la maldición del hermano del medio, el ignorado, el cero a la izquierda, obviamente mis padres se encargaban de mi, lo básico, que vaya a la escuela, que coma bien, que tenga ropa medianamente de calidad; pero también se olvidaban de mi con facilidad, mi hermana menor la consentida, mi hermano mayor el sobre protegido y yo la ignorada.



Pero tenia que admitir que gracias a que mis padres muchas veces me ignoraban yo era libre de hacer muchas cosas, de vivir mi vida como se me daba la gana, muchas veces sin limites, aunque tampoco era como que yo salia siempre indemne de todas las situaciones, mas de una vez recibí un buen golpe, pero me la aguante.


Los golpes de la vida, físicos y emocionales, no hacen mas que hacerte fuerte y yo deseaba con todas mi corazón ser fuerte, porque las personas fuertes, son personas poderosas y los poderosos son libres y yo deseo la libertad mas que nada en el mundo así que me enfoque en eso, en buscar fuerza, pero la fuerza física no era mi mejor cualidad, así que tuve que buscar otra opción mas accesible para mi, la inteligencia, seria lo suficientemente inteligente para manipular a quien yo quisiera sin que se den cuenta de que lo hago, seria quien movería los hilos, la persona que realmente tendría el poder y en el caso de que haya un error haría que lo pague otro y asunto arreglado.


Por eso por lo general las personas me tachaban de fría, pero no era que fuera fría lo que sucedía es que sabia que si yo podía tener 2 caras cualquiera podría también, de este modo era mejor cuidarme, estar precavida, calcular con quien podría ser beneficioso juntarme y con quien no. Pero siempre hay una excepción ¿no?


Kanto ManjiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora