Shinya dice... [GureShin]

XXV

Hola, gente...
Ya volví, ¿me extrañaron?
Un año desaparecido,
PERO ya estoy aquí con un
nuevo capítulo.
Y, además, el siguiente
ya está en camino.

<3

Luego de pasar un rato con Goshi y Mito, Guren se levantó para marcharse. No tenía razón para extender su visita más de lo habitual. Si supiera que Shinya llegaría temprano, quizá lo habría hecho.

—Guren —lo detuvo Norito antes de que cruzara la puerta, después de haberse despedido ya—, espera un minuto.

—Sí, ¿qué pasa? —preguntó Ichinose, deteniéndose bajo el marco de la puerta.

—No sé si ya te lo dijo, pero Shinya se irá pronto —anunció el rubio—. Es importante que no faltes mañana, la reunión es su despedida... Podría tardar años en volver.

—No tiene compromisos tan demandantes allá.

—Lo están mandando a recolectar papelería a cada maldito hospital del país, Guren —negó Goshi con la cabeza—. Es suficientemente demandante, ¿no lo crees?

—No planeaba faltar, de cualquier modo —Guren se encogió de hombros—. Yo... Iré por él si es necesario en el futuro próximo.

—Tú... —el rubio suspiró y le regaló una sonrisa muy pequeña y suave, pero sin dejar de lado el toque burlón.

—¿Qué?

—Nada, te... —dudó un poco antes de continuar—. Te ves feliz.

—¿Eso crees? —alzó una ceja con incredulidad—. Te hacen falta anteojos.

—Lo que digas —rió su amigo—. ¡Estás feliz! Y es por él.

—Adiós, Goshi.

§×§×§

El momento de la despedida se acercaba.

Guren y Shinya habían estado mandándose uno que otro mensaje durante el tiempo en que esperaban. Aún así, el albino se ocupó mucho con su familia. Eran de verdad absorbentes, apenas y podían charlar, pero el pelinegro sabía que no duraría para siempre.

Llegó a casa de Norito casi dos horas antes, con el deseo secreto de toparse a Shinya antes de que todos los demás llegaran. Él no estaba ahí. No era necesario preguntar, siquiera. Shinya sabía hacerse notar, lo sabía aunque llevaran poco tiempo viéndose cara a cara.

Poco después, llegó Mito. Ella se enfrascó en su mundo junto a Goshi. Hablaban de videojuegos e intentaron meter a Guren en la conversación, pero Ichinose estaba muy ocupado distrayéndose; miraba a la puerta cada pocos minutos.

La hora de la fiesta se acercaba peligrosamente. Seguían siendo solo ellos tres. ¿Por qué Shigure y Sayuri tardaban tanto? Por lo menos ellas podrían distraerlo más que Norito y Jujo. Esas dos solían orbitarlo con cierto afán religioso.

§×§×§

Shinya estaba impaciente. Shinoa lo miraba desde la comodidad de su regazo. El mayor le regalaba una que otra sonrisa cada cierto tiempo, para fingir que no estaba perdiendo la paciencia.

—Mahiru, de verdad necesito irme ahora o llegaré tarde —le dijo a su hermana, que revoloteaba por su habitación, buscando aquello que le dijo que tenía que darle.

—No te preocupes, yo te llevo —le dijo la mayor sin prestarle mayor atención, seguía en su tarea.

—Pues debería ser ahora —insistió el de ojos azules.