Parte sin título 5

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CAPITULO 5

Cuando Selena abrió los ojos, se encontraba en la cama echada, llevaba puesto un pantalón de chándal y una camiseta, miró a su alrededor, pero no estaba en la misma habitación de hotel, de repente, recordó lo ocurrido, y se puso en pie de un salto, buscó el teléfono, pero no lo encontró, ni su maleta, empezaba a latirle el corazón a mil por hora, y la cabeza empezaba a darle vueltas, no sabía dónde estaba, y, justo cuando pensó que le estallaba la cabeza, la oyó, esa voz, tan reconfortante y seductora, y que, desde hacía veinticuatro horas le resultaba tan familiar, era él, el agente García, estaba allí, y Selena respiró tranquila.

Selena abrió la puerta de la habitación, y como ella esperaba, en el salón estaba el agente García, estaba hablando por teléfono y miraba distraídamente por la ventana, lo que Selena aprovecho para mirarlo descaradamente el culo, era el "culito" más apetecible que había visto en mucho tiempo, recorrió su ancha espada con la mirada, y se sorprendió imaginándose arañándola y recorriéndola con sus labios, y esa voz, dios como la estaba poniendo esa voz tan grave y seductora. El agente se movió, y Selena tuvo el tiempo justo de disimular mirando para la tele, que estaba encendida, y las noticias locales hablaban de un atracador herido en un hotel céntrico cuando fue sorprendido en la habitación de un huésped robando.

-¿Cómo te encuentras? Me diste un buen susto cuando te desmayaste, pensé que estabas herida, menos mal que el doctor dijo que fue el estrés del momento el único causante de tu desmayo.

-¿Un ladrón?

-Sí, solo un ladrón, no tiene nada que ver con la red de los Castori, pero no te preocupes, no te quedaras aquí, he solicitado ser parte de tu guardia personal, y te vas a venir a mi casa.

-¿A tu casa?

-No te preocupes, hay sitio de sobra, y así te tendré vigilada en todo momento.

-Bueno, tú eres el experto en eso. No puedo encontrar mi maleta, me gustaría darme una ducha y cambiarme de ropa, por cierto, esta ropa....

-Ah, tranquila, no he sido yo, dijo el agente algo nervioso, le pedí a las enfermeras que te vistieran.

-Oh gracias, dijo Selena sonrojándose, mi maleta, está ¿Dónde?

-Sí, tu maleta, está aquí, ten, le dijo dándole la maleta, te esperaré aquí, ¿quieres que te pida algo de comer?, es ya medio día, y me han dicho en recepción que anoche no pediste nada.

-Pues ahora que me lo mencionas, sí que tengo algo de hambre, ¿puedes pedirme un sándwich vegetal y una cola light?

-Por supuesto, enseguida te lo pido, dijo descolgando el teléfono.

Selena se metió en la habitación, y soltó de golpe el aire, se apoyó en la puerta y respiró profundamente tres veces para intentar tranquilizarse, abrió la maleta y saco el neceser, se metió en la ducha y abrió el agua caliente, la dejo correr un momento, y se metió dentro Selena se ducho en tiempo récor, normalmente se tomaba su tiempo en lavarse el pelo con su champú de frambuesa, y luego se daba el suavizante de pelo, y se peinaba y se repeinaba y se re-repinaba antes de aclarárselo, y luego otro largo ritual para darse la hidratante corporal, pero esa vez, algo que se le removía en las entrañas la decía que no podía perder tiempo en bobadas.

Se puso el conjunto de ropa interior que se había comprado en Woman's Secret, los vaqueros ajustados y la camisa de seda blanca, si, blanca, eligió esa a propósito, ya que con esa camisa, se le transparentaba el sujetador negro y rojo que se había puesto, y, casualidades de la vida, con las prisas y los nervio, no había cogido zapatos planos, así que, se tuvo que poner sus manolos de quince centímetros. Se peinó el pelo y se lo dejo suelto a medio secar, se puso la hidratante con color, y se dio un poco de colorete y de rímel, brillo en los labios y ya estaba lista. Selena miro el resultado en el espejo del baño desde todos los ángulos posibles, respiro hondo y salió al pequeño salón de la habitación.

García había pedido el sándwich de Selena y una hamburguesa triple XL para él con dos refrescos de cola, y la estaba esperando sentado a la mesa, había aprovechado el tiempo para hablar con su superior para decirle que se llevaba a Selena a su casa, pero que antes pasarían por comisaria para enseñarle las fotos de algunos miembros del clan de los Castori, por si había los había visto alguna vez.

-Hola, hola, dijo el agente, vaya, te ha sentado bien la ducha, siéntate, acaban de traer la comida.

Selena se sentó a la mesa, sonriéndole, y, cogiendo su refresco, miro al agente Garcia a los ojos, y dejando caer los parpados coquetamente, se llevó el vaso a los labios, bebió un trago y dejo que una gota resbalara por sus labios, teniendo así que recogerla con la lengua, que movió de un lado a otro de su boca, volviendo loco al duro policía, que notaba como su entrepierna se endurecía por momentos.

-Por cierto, no se tu nombre agente García, y si voy a ser tu invitada, me gustaría poder tutearte, si no te importa, claro.

-Oh, es verdad, dijo aliviado, el cambiar de tema le calmaría el terrible dolor que sentía en la entrepierna, Me llamo Javier, y por favor, tutéame, me harías sentir muy viejo si no.

-Javier, me gusta, dijo alegremente, pues, si no tienes inconveniente Javier, me muero de hambre.

-¡por supuesto! Comamos, he pedido también patatas fritas, no se a ti, pero a mí me gustan mucho, me las comería de acompañamiento con cualquier cosa.

-Oh son mi perdición, pero no puedo comerlas, ya sabes lo que dicen de las patatas y del chocolate, cinco minutos de placer en la boca, y toda la vida en tus caderas.

Mientras comía su hamburguesa, Javier no podía dejar de mirar el sujetador que se veía tras de la blusa, y su pene empezó a palpitarle cada vez más rápido, y cuando se limpiaba las comisuras de los labios con la lengua, la cosa no hacía más que empeorar, en cuanto lleguemos a casa, me voy a dar una ducha fría, pensaba una y otra vez, así no voy a poder trabajar, tengo que pensar en otra cosa.

Selena comía divertida el sándwich, veía lo incómodo que estaba Javier, y como resoplaba cada vez que se inclinaba sobre la mesa dejando ver su generoso escote, o cuando se pasaba la lengua por los labios.

Después de comer, Javier la llevo a la comisaria para enseñarle las fotos, pero Selena no pudo ser de mucha ayuda, salieron pocas veces a cenar o a tomar copas, y siempre salían solos, y nunca se habían encontrado con amigos de Marco.

Los del laboratorio le devolvieron el portátil, no habían encontrado nada acerca de Marco ni del clan Castori, el móvil todavía no se lo pudieron devolver, pero a Selena no le importo demasiado, lo que necesitaba para trabajar era el portátil, el móvil no lo necesitaba.

SIEMPRE TE CUIDARÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora