CAPITULO 8
A la mañana siguiente fueron a casa de Selena, cuando entraron, el estómago se le encogió, todo seguía tirado, y el polvo para las huellas lo cubria todo, un nudo se le empezó a formar en la garganta al pensar que solo había sido un juguete para Marco, una tonta a la que engañar.
-Selena, le dijo Javier, coge lo que necesites y vámonos, no nos podemos quedar mucho tiempo.
-Sí, vuelvo enseguida. Selena entro en la habitación, abrió el armario con temor de que su caro vestido de noche hubiera corrido la misma suerte que la mayoría de su ropa, y estuviera hecho un ovillo en algún rincón, y, respiro aliviada al verlo colgado en su funda, lo cogió y busco los zapatos de Jimmy Choo, el bolso de fiesta y algo para maquillarse y peinarse, cogió su perfume de Channel y salió del apartamento.
-¿Estas bien?
-Sí, solo pensaba que cuando esto acabe tendré que pedir una semana de vacaciones para limpiar mi apartamento.
El viaje de vuelta lo hicieron en silencio, Selena estaba pensativa y decaída al revivir todo otra vez, y Javier pensó que era mejor no remover las cosas.
Javier se ducho y afeitó, y se puso el traje de las bodas, era un traje normal, de los baratos, y era el único que tenía, solo se lo ponía en las bodas, así que no necesitaba más que uno.
Selena se ducho, se puso la crema hidratante y se rizo un poco el pelo, se maquilo los ojos ahumados y se puso rímel y colorete, y para acabar, el lápiz de labios rojo pasión que Marta le había regalado en Navidad. Después saco el vestido de la funda, y se lo puso, era un vestido largo de gasa y pedrería y de corte sirena, tenía la espalda al aire, se puso los zapatos y miro el resultado en el espejo del baño, respiró hondo y salió al salón, donde la esperaba Javier.
Al verla Javier se quedó sin Habla, llevaba un buen rato intentando hacerse a la idea de que Selena estaría preciosa, pero al verla, se dio cuenta de que todo lo que había imaginado sé que daba corto, ante el Selena parecía una diosa, hasta le pareció ver que tenía un resplandor a su alrededor.
-Bueno, ¿qué te parece?, ¿crees que voy muy arreglada?
-¿Eh? ¡No! No, estas muy guapa Selena, seguro que te confunden con la prometida del pavo ese, le dijo intentando relajarse y quitar tensión al momento.
-Venga, tenemos que salir ya, si no van a llegar los invitados antes que yo, y quiero comprobarlo todo antes de que lleguen todos.
-Señorita, dijo Javier ofreciéndole el brazo con una sonrisa que cautivo a Selena, será un placer ser su acompañante esta noche.
Llegaron al Álamo con bastante tiempo, Selena comprobó que no faltara nada y que todo estuviera perfecto, y Javier comprobó que el operativo de seguridad estuviera preparado.
Poco a poco fueron llegando los invitados, todos pasaban y comentaban el buen gusto de la decoración de la sala, y lo acertado del catering, mezcla de comida italiana y española, cuando el señor Marconi llegó, lo que vio lo dejo sin argumentos para protestar, le costó admitirlo, pero Selena había acertado en todo, hasta la música le gustaba. Para la recepción un cuarteto de cuerda tocaba música clásica, y, después del anuncio oficial del compromiso, el cantante Sandro, Muy de moda en Italia, daría un pequeño concierto.
Todo iba como la seda, hasta que Selena se quedó de piedra al ver entrar a los prometidos, ella era una rubia recauchutada con los labios a lo Carmen de Mairena, embutida en un vestido blanco tan ajustado que Selena dudaba si podría respirar por mucho tiempo. Y el, él era Marco, su Marco, el Marco que le había destrozado la vida.
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SIEMPRE TE CUIDARÉ
KurzgeschichtenSelena es una chica normal, con una vida normal, a la que, de la noche a la mañana, todo le da un giro de 180 grados.