2: Pasillos (Parte 2)

600 86 6
                                    

Si había una forma en la que se pudiese definir a Toni en pocas palabras, quizás podría ser “una persona agradable” ciertamente el chico había sido dotado de una gran naturalidad al momento de ganarse la simpatía de los demás y en especial de aquellos delincuentes a los que se supone que debía detener y no mostrar consideración alguna.

Era bastante curioso pero la gran mayoría de contactos que Toni poseía en su teléfono pertenecía a muchos de los delincuentes que arrestó o simplemente conoció durante algún patrullaje, podría decirse que los amigos de aquel policía se trataban de la más pura escoria de la ciudad... Y sí, desde luego que no parecía ser una buena idea.

Aún así el chico estaba bastante contento con sus amistades, muchas veces hizo uso de ellos para planear diversos atracos simplemente para trabajar un poco y de paso molestar a su mentor en el proceso, aquello se había convertido en su pasión, darle molestias a Conway y divertirse al verle rabiar ante los cachondeos y trampas que los delincuentes le tendían y eso sin contar todo el caos que desataba en su cuenta de Twitter y como esta se convirtió en su mayor enemigo, sin lugar a dudas era todo un espectáculo.

Sin embargo, no todo el tiempo podría salirse con la suya, en algún momento Conway le pillaría o cuando menos lo haría estallar en cólera y no podría controlarle.

Había sido un día de lo más aburrido, los avisos escaseaban, la lluvia nuevamente hacía su aparición y ciertamente daba la impresión que nadie en aquella ciudad pensaba hacer absolutamente nada.

Conway conducía el vehículo policial mientras su compañero tan sólo miraba atentamente los avisos con la esperanza de que quizás alguno por fin se digné a atracar algo o lo que sea, el mayor continuaba refunfuñando a medida que iba perdiendo más y más de su ya de por sí escasa paciencia. Comenzaba a arrepentirse por haber venido a aquella ciudad, el lugar era aburrido, el clima era una puta mierda y la gente era... Castrante no, lo siguiente, todos son muy delicados y se  ofenden rápidamente, claro que Conway no puede actuar de la misma forma que en su antigua ciudad, en este caso se encontraba más limitado y eso era lo que más le enojaba.

Su momento de maldecir a media ciudad se vio interrumpido ante la risa de su compañero quien apenas podía contenerse al momento de mirar la pantalla del teléfono, aquello siempre era para el disgusto del mayor, pues en varias ocasiones cosas extrañas y extremadamente vergonzosas sucedían a su alrededor momentos después de que el rubio pasara tiempo con el teléfono.

— Deja el puto móvil ya — pronunció el mayor al girar del volante

— No estamos haciendo nada ahora mismo, deje que me distraiga un poquito — respondió el chico sin apartar la mirada de la pantalla

— ¿Acaso piensas que estás de paseo? ¡Estás en tu puñetero trabajo!

— Qué no coño ¿Qué tienes en contra de que use el móvil?

— Sólo lo usas para estupideces, no haces más que perder el tiempo en el maldito tuister

— Corrección, se llama Twitter... Bueno es comprensible que tu no entiendas estas cosas, son otros tiempos después de todo... Un viej- es decir un hombre como tu pues... Bueno, no son lo tuyo

— Ibas a llamarme viejo ¿Verdad?

— Jamás haría tal cosa — respondió al desviar la mirada

— Eres un puto crío, con gusto te demostraría lo que este viejo es capaz de hacerte, anormal ¡Todo con el fin de que dejes de tocarme tanto los cojones!

— No gracias, estoy bien así

— ¿Segura princesa? Por que perfectamente podríamos ir a un lugar apartado y reventarte a porrazos

— Que violento eres ¿Quieres parar ya con las amenazas? ¡Solamente saqué el móvil! ¡No es para tanto!

— ¿Qué no es para tanto? ¿Eso piensas avispa culona?

— Y dale con la avispa ¡Qué no soy yo! ¡A ver si nos entendemos de una puta vez!

— ¡Claro que lo eres! ¡Deja de mentirme a la puta cara! — el hombre frenó de golpe el vehículo

— ¿Sabes qué? Déjame aquí — el rubio posó la mano sobre la manija de la puerta

— Si claro ¿Y qué harás tu solo?

— Pues le llamaré a Gordon, estoy seguro de que no tendrá problema en ser mi compañero de patrullaje

— Gordon eh ¿De verdad crees que él tendrá tiempo de ir de la manita contigo en un paseito por la ciudad? ¿Eso piensas?

— Pues para que lo sepas, él me quiere mucho y claramente me ha dicho que puedo contar con su ayuda en lo que necesite — afirmó con orgullo

— ¿Y estás feliz por eso? Vaya privilegiado resultaste, yendo a refugiarte detrás del comisario, justo como una nenita

— Hombre es lo que tiene ser el favorito de Gordon ¿Sabes? No cualquiera puede tener ese privilegio — declaró con una gran sonrisa

— Lo dicho, eres un niño mimado — Conway trataba de sonar lo más normal que pudiese, no obstante por dentro estaba muy molesto, el hecho de ver al rubio sonreír orgulloso hablando de Gordon... Le hizo hervir la sangre

— ¿Celosa?

— ¿De qué coño hablas?

— No te hagas el tonto — rió

— No me interesa lo que tú y tu noviecito hagan, es tu puto culo, tú sabrás lo que haces

— No soy de esos, como sea ¿Podemos irnos ya?

— Creí que ibas a quedar con Gordon

— Olvídalo, lo dejaré pasar por esta vez

— Lo dices como si me estuvieses haciendo maldito un favor — dijo al retomar el viaje

— Ajá — el rubio continuó tecleando en el teléfono, le iba a abrir un hilo en Twitter, el viejo se lo había ganado

Después de varios minutos de viaje finalmente llegaron a comisaría, Conway ingresó al edificio mientras que Toni se quedó afuera esperando, y en medio de aquella espera terminó por encontrarse con Georgie, uno de los chicos delincuentes que le ayudaba a molestar a Conway, fue entonces que Toni tuvo la maravillosa idea de proponerle preparar algo con él.

Ambos llegaron a un acuerdo para un nuevo atraco donde Georgie una vez más se haría pasar por avispa culona y se encargaría de molestar no con el doble, sino el triple de intensidad, además de contar con el hilo que ya había sido publicado, Conway no iba a tener un buen día, no después de haberse metido con Toni y su móvil... O al menos eso esperaban, puesto que en realidad ellos estaban siendo escuchados sin saberlo.

Continuará...

Espejismo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora