CAPITULO 9

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Nicodem

Me levanto de la cama con una sonrisa triunfal y satisfactoria recordando lo ocurrido hace unas noches atrás con la castaña de ojos exóticos. Entro al baño y me preparo para ir a la central, vuelvo al cuarto poniéndome la camiseta sintiendo el peso de la hebilla del cinturón suelto y el pantalón desabrochado mientras voy a la cocina a poner la cafetera en funcionamiento.

Busco el vaso para el café de Ilenka y luego de unos minutos me llevo la tostada a la boca mientras miro el horizonte a través del ventanal. Escribo una nota para la castaña para cuando vaya al hospital y cuando termino, voy hasta el apartamento de Ilenka por las escaleras interna y le dejo el café en la península.

Vuelvo a mi apartamento y bajo hasta el estacionamiento mientras le doy órdenes a la secretaria por teléfono para tener todo ordenado cuando llegue, me monto al auto viendo que el carro de mi vecina ya no está pareciéndome extraño.

Qué raro, la gatita ya se fue...

Llego a la central un rato después pasando por el lugar de la castaña viendo que su auto no está, frunzo el ceño mientras me bajo del auto, entro en la recepción con paredes sobrias y voy hacia el ascensor, voy hasta mi oficina, y cuando las puertas se abren, veo a la castaña hacerse un moño desordenado mientras bufa.

Paso por su lado llevándome su atención haciendo que se levante juntando todas las carpetas que tenía esparcidas por el escritorio.

—¿Puedo entrar? —Me pregunta en el borde de la puerta mientras me siento detrás del escritorio.

—Sí, pasa. —Accedo viéndola pasar meneando las caderas de forma exagerada mientras se suelta el pelo.

—Recibí el memo que me envío, hice casi todas las cosas, me faltan un par, pero ya mismo lo termino. —Me reporta mientras me deja las carpetas.

—En menos de 15 minutos quiero que termines todo. —Exijo y asiente con sumisión.

—¿Necesita algo más, coronel? —Pregunta provocativa.

—No, ya puedes retirarte. —Suspira y se retira con decepción.

Me pongo a ver las carpetas tomando notas mientras tanto, enviando mails con los memos que necesito de los capitanes y tenientes para tener listo para esta tarde, cuando termino, miro la hora y ya es media mañana, salgo de mi despacho y me voy en dirección al hospital.

Cuando entro, noto que no hay casi nadie por los pasillos, frunzo el ceño y golpeteo la puerta de la oficina de las enfermeras con mis nudillos observando a Francis cuando abre la puerta.

—Coronel... —Saluda un tanto sorprendida mientras mira su reloj— Oh que tonta ya es su hora, espéreme en la sala de extracción por favor, estaré allí en 5 minutos.

Asiento yendo hacia la sala que está a unos metros y me siento mientras miro mi teléfono leyendo las respuestas que me enviaron hasta que la enfermera llega con una bandeja con lo necesario para la extracción, me quito la manga de la chaqueta y le extiendo mi brazo para que comience el proceso.

—¿Ilenka? —Le pregunto fingiendo distracción.

Mira hacia un lado frunciendo los labios. —No vino hoy.

Frunzo el ceño. —¿Cómo que hoy no vino y no le aviso a nadie? —Le pregunto seriamente.

—En realidad, me aviso a mí para que consiga que el doctor de los fines de semana venga hoy. —Explica murmurando.

—¿Por eso es que no hay casi nadie por los pasillos? —Consulto con la ceja enarcada mientras se reincorpora cuando termina el trabajo.

—Pues... —Responde apretando los labios con pena— Por favor no la regañe, ella se ocupó de que haya alguien de guardia.

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