Para el hombre que lo tiene todo

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Resumen: Katsuki despierta una mañana con una extraña sensación inundándolo. Su hogar y su familia no parecen diferentes a como los recuerda, entonces ¿por qué el nudo en su garganta no desaparece?

Avisos/Advertencias: Contenido angst. Puedes considerarlo como una continuación de Enfoque. Si ubicas el título sabes por dónde va todo.

Bakugou despierta pero no tiene intenciones de abandonar su cómoda cama

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Bakugou despierta pero no tiene intenciones de abandonar su cómoda cama.

Se siente tan calientito que solo quiere seguir restregándose contra la almohada de su esposo y cubrirse con el aroma a shampoo y colonia que siempre ha amado, pero antes de poder volver a hundirse entre las mantas algo comienza a preocuparle.

Hay demasiado silencio.

Sin pensarlo se levanta de golpe y corre hacia el centro de la casa. Ni siquiera presta atención a las habitaciones ni a los objetos que decoran el pasillo porque esa sensación incómoda lo lleva directo a la cocina.

Y entonces los ve.

Los dos niños, que son casi completamente iguales a él, ordenando trozos de frutas en la mesa del comedor.

Un suspiro pesado se le escapa y es suficiente para que los pequeños volteen con algo de culpabilidad en el rostro.

—¿Te despertamos, papi?

La sincronía de los pequeños siempre logra sacarle una sonrisa y no puede evitar ir a abrazarlos, sintiendo como si sus vocecitas lo hubieran despertado de alguna pesadilla.

—¿Qué están haciendo, pequeños demonios?

Ambos ríen y tratan de esconder el desorden.

—¡Es una sorpresa! —vuelven a responderle a coro.

Katsuki se esfuerza en recordar qué día es pero su mente sigue trabajando lento, y prefiere concentrarse en el cabello castaño idéntico al de su padre y en el rubio amielado igual al de su esposo.

—Saben que son muy enanos para utilizar cuchillos.

Mientras sus hijos le explican cómo su papá los ha ayudado a cortar la fruta, Katsuki recorre la cocina buscando algo que le de una señal. No nota nada fuera de lugar pero cuando ve el refrigerador, se siente extraño cuando no encuentra ningún dibujo pegado en él.

El sonido de la puerta lo pone alerta y se apresura hacia ellos sintiendo la necesidad de ponerse delante para evitar que alguien se los arrebate, pero los pequeños se escabullen entre sus piernas emocionados por recibir a quien acaba de llegar.

—Papá, ¡Katsuro despertó a papi!

—¡Es mentira! Seguro fuiste tú, Takeshi, siempre estás tirando las cosas.

Antes que sus copias en miniatura se abalancen uno contra el otro, Tsunagu los levanta y les recuerda que hoy es un día importante como para pelear. Los ojos de ambos pequeños se iluminan y exigen que los bajen para continuar con sus labores.

Costuras Invisibles (Best Jeanist x Bakugou)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora