Chloe
Ha llegado el día que mi hermana llega de Perth y estoy con Emma en el aeropuerto esperando a Charlotte y a mi tía Ava, si ella también viene.
Hace mucho tiempo ella perdió la confianza en mí, no sé por qué pero tengo la impresión de que ella no está muy alegre por venirme a visitar, siento que ella no quiere que este cerca de Charlotte, siempre que tengo una video llamada con ella mi tía la interrumpe y le dice que tiene que hacer tarea o alguna excusa y ya me está pareciendo algo extrañO.
Después de todo este tiempo que ha pasado desde la muerte de mi mama siento que recupere la estabilidad emocional, por así decirlo, quiero decir que me siento mucho mejor y quiero que mi hermana vuelva a vivir conmigo y Emma
Quiero preguntarle a ver qué opina ella, de verdad me siento en la capacidad de cuidarla, yo soy la que tengo la custodia, la verdad mi tía no tiene ningún tipo de responsabilidad con Charlotte, yo simplemente le di un permiso para que ella pudiera estar en Perth dos años y medio y ya ese plazo se está agotando.
Pero si mi hermana quiere regresar con mi tía respetare su decisión y le entregare la custodia completa, lo único que me importa es que mi hermana este en donde se sienta más cómoda.
- Chloe ¿estas segura que el vuelo en donde vienen aterriza a esta hora? – Emma habla con cara de disgusto y fastidio, la entiendo por qué llevamos media hora esperando y no hemos visto señales de vida de mi tía y Charlotte.
- Si Emma, estoy segura, ya revise mil veces y si se supone que deberían estar aquí
- Más te vale – habló apuntándome con el dedo índice en forma de amenaza.
De pronto siento que hay una persona de tras de mí, cuando voy a mirar hacia atrás unas manos cubren mi rostro, tapando mis ojos y de inmediato se quién es, ese perfume lo reconozco a kilómetros de distancia. Charlotte
Charlotte siempre usa el mismo perfume desde hace unos años y me sorprende que todavía lo use.
- ¿Quién soy? – Cuando Charlotte dijo eso recordé que cuando ella tenía cinco años, ella hacia lo mismo, estos son los recuerdos de la niñez que te acompañan toda la vida.
- Pues Emma obvio – mentí, esto hacía de niña cuando ella juagaba de esta forma decía el nombre de otra persona consiente de que era ella para hacerla enojar, me encantaba verla enojada y roja como un tomate.
En ese momento alejó sus manos de mi cara y me di la vuelta para encararla, cuando lo hice me di cuenta que todavía cuando se enoja su piel se torna a un color carmesís, las ganas de reírme me ganaron.
- Chloe que es gracioso, no le encuentro gracia – Charlotte bufó, cruzándose de brazos, está molesta enserio pero a pesar de eso yo seguía tratando de controlar la risa.
- Perdón, pero es que no pensé que todavía de pusieras roja cuando te molestabas – dije, tratando de normalizar mi respiración de darle un fuerte abrazo aunque, el abrazo fue solo de mi parte porque ella aún estaba cruzada de brazos – Te extrañe mucho – Charlotte deshizo su cruce de brazos y me abrazo.
- Yo también te extrañe y no sabes cuánto – cuando pronuncio esas palabras me abrazo más fuerte, después de unos segundos ella deshizo el abrazo, hace mucho que necesitaba un abrazo así. Luego me di cuenta que nuestra tía nos estaba mirando, como estuviera tratando de decir con la mirada que ella existía, no quería me siguiera mirando de esa manera y rápidamente me acerque a ella y le di un abrazo como si fuera una niña pequeña.
- Tía Ava tenía mucho tiempo que no te veía – Sabía que estaba incomoda, a ella no le gustan ¨Ese tipo de muestras de afecto¨ ella es una persona muy estricta por decirlo así, ella tiene una mentalidad anticuada, mi mama también tenía a veces una mentalidad anticuada pero no de una manera tan extremista como mi tía – Me alegra mucho verte
- Chloe no demuestres afecto de esta manera en público, por favor – deje de abrazarla y respire profundo, hay veces que mi tía me saca de mis casillas, y esta es una de esas veces.
- De verdad tía extrañaba tus antipatías – hable, dándole una sonrisa falsa y dando la vuelta para mirar como Emma y Charlotte se alejan de mi tía y de mi hacia la salida del aeropuerto, tomé las maletas de mi tía y empecé a caminar hacia la salida para alcanzar a Emma y a Charlotte, no quería que en el primer día Emma secuestrara a mi hermana, conozco a Emma y se lleva muy bien con mi hermana, tal vez hasta mejor que yo y sé que Charlotte no se negara si Emma la invita a cualquier lado, Emma no considera que Charlotte sea menor de edad, a ella no le importa.
Cuando pude alcanzarlas me di cuenta que estaban esperando un taxi, mi tía como toda ¨mujer distinguida¨ camina más lento que una tortuga y con más clase que una modelo, tuvimos que hacer esperar al taxi quince minutos porque teníamos que esperarla, no podíamos dejarla en el aeropuerto, cuando al fin llego se subió al taxi y en todo el camino lo único que hizo fue quejarse de la aerolínea , mientras nosotras estábamos burlándonos de ella por sus estúpidas quejas, después de unos diez minutos ya podía visualizar la fachada de mi casa y como los ojos verdes de mi hermanas se iluminaron al ver aquella fachada, me sentía muy feliz.
Nos adentramos a la casa e inmediatamente Charlotte corrió hacia la que era su habitación, yo la seguí, pude darme cuenta de que se detuvo en el marco de la puerta, yo me posicioné detrás de ella y pude ver como una lagrima recorría su rostro, pero sabía que era de alegría y tal vez un poco de nostalgia.
- Ya extrañaba mi habitación – Charlotte hablo con la voz entrecortada y adentrándose a la habitación y recorriéndola.
- Y yo extrañaba verte en ella – Dije acercándome a ella y proporcionarle un abrazo.
- ¿La limpiaste? – Ella me pregunto incrédula y obviamente la había limpiado, lo hice hace dos días y esa habitación parecía el ático estaba llena de telarañas y había mucho polvo, demasiado a decir verdad.
- Pues obvio no iba a dejar que llegaras y esta habitación vuelta un chiquero
- ¿Te ayudo Emma verdad? – Me descubrió, ella sabe que a mí no me gusta limpiar, siempre peleaba con mi madre porque mi habitación siempre estaba desorganizada.
- Si, si Emma me ayudo pero hice la mayor parte, fue un cincuenta – cincuenta – ella me dio a entender con la mirada que dijera la verdad – Bueno treinta – setenta, Emma hizo la mayor parte.
- Ahora si te creo
- Necesito hablar seriamente contigo Charlotte y también necesito un consejo – dije tratando de crearle intriga
- Tu sabes que no soy la mejor dando consejos – Charlotte dijo levantando las manos en forma de inocencia.
- Pero no pierdo nada, al menos me desahogaría.
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La Verdadera Felicidad [En Proceso]
JugendliteraturChloe Williams, era una persona vacía e insegura pasaba horas de insomnio haciendo se estas preguntas: ¿Porque no soy una persona feliz? ¿Porque tengo estar sola? ¿En esto se resumirá el resto de mi vida? Ahora te hago yo una: ¿Quieres saber como re...