Feria 2/2

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Mientras tanto akihiro, hana y haruko se encontraban en los puestos de comida; las conversaciones entre los tres era amena ya que hana no era muy habladora al contrario de su hermana. El teñido había visto un puesto de doroyakis, pensando en llevarle algunos a su padre decidió detenerse.

- Chicas me esperan, compraré uno de esos. -Señalo el pequeño puesto de aquel dulce. Ambas asistieron mientras comían algodones de azúcar.

Akihiro se acercó al lugar pidiendo solamente dos; sabía lo glotón que llegaba a ser su padre, no pasó mucho cuando tuvo la bolsa en manos. Pagando por ellos, decidió ir con las gemelas cuando sin fijarse chocó contra alguien más grande que el, tirandole lo que parecía ser un refresco. El teñido alzó su mirada topandose con el seño fruncido de un chico, al cual le había tirado su bebida.

- Oh una disculpa, no lo había vis... -Sus palabras quedaron a medio camino cuando el chico lo alzó de la camiseta. El rostro del contrario estaba rojo del enojo.

- ¿Sabes lo que acabas de hacer, perra? - Lo pesadas que salieron esas palabras se podían sentir hasta en el aire. Las gemelas querían intervenir sin morir en el intento, pero estábamos hablando de una bestia carente de cerebro.

- Si, y ya pedí disculpas. ¿En serio piensas hacer un escándalo?

No pasaron ni cinco segundos cuando el rubio ya se encontraba en el suelo por el golpe, aturdido y con un dolor latente en su mejilla; se levantó para luego arremeter contra el tipo. Iniciando así una pelea.
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Mientras tanto el trío se encontraban caminando y viendo en que otro juego subirse. Mientras mika estaba en las nubes, keitaro y akira se dieron una mirada para luego asentir; mika siento como era arrastrada a un lugar algo desolado para luego ser acorralada por sus novios.

- Kei... aki ¿Qué suc... - Tapó su boca con una de sus manos cuando sintió los labios de keitaro en su cuello y la mano de akira en su pierna. Si bien su fantasía era hacerlo en lugar público, no pensó que lo tomarían en cuenta.

- Shhh y disfruta. - Murmuraron ambos. En esos instantes se sentía en el puto paraíso, agradecía a todos sus santos el echo de a ver llevado falda. Caricias subidas de tono por aquí y por haya, besos, mordidas y pequeños chupetones en su pecho.

Luego de aquel acalorado encuentro, los tres salieron de ahí con sus ropas más acomodadas; la que se encontraba más feliz era la rubia, tanto que parecía que brotaban flores a su al rededor. Keitaro y akira se encontraban muy satisfechos y contentos, iban tomados de las manos de lo más tranquilos cuando sintieron que la rubia se había detenido.

Al verla instintivamente soltaron su mano, sus ojos negros estaban más oscuros de lo normal y parecían 'vacíos' y una vibra pesada brotaba de ella. Ellos buscaban una explicación hasta que vieron a un hombre gordo y con una expresión asquerosa riéndose.

- ¡Tienes un excelente culo rubia! - Le gritó y de paso soltando una carcajada. Akira y keitaro iban a ir contra ese hombre, cuando mika los detuvo.

- No.

- Pero. -Trato de hablar la chica del lunar, pero simplemente fue ignorada por la rubia. La cual ya se dirigía hacia el hombre.

- ¿Vienes a que te de otra nalgada? Por que no tendría problemas. - La sonrisa burlona que traía pintada en el rostro, fue sustituida por una mueca de pánico cuando la chica lo derribó de una patada.

Sin darle chance de levantarse, el primer golpe llegó al rostro del hombre y otro tras otro sin pausa alguna. Keitaro fue rápidamente y agarró a la rubia de la cintura para que se detuviera, estaba manchada con sangre y el rostro del hombre estaba irreconocible, pero vivo lastimosamente. La rubia aún seguía con la mirada perdida, así que ambos y con mika en brazos de kei se fueron de ahí, ya que vieron que estaban llamando a la policía.
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Ikagai la estaba pasando de maravillas con hiroki hasta que se acordó que tenía niños a su cargo. Hay entró en pánico, le rezaba hasta a su papá shin para que todos estén en una pieza. Empezó a llamarlos uno por uno para que se reunieran en la entrada de aquella feria.

Hiroki trataba de calmar los nervios del bicolor, el cual se encontraba murmurando plegarias en todos los idiomas, al parecer ambos adultos había llegado primero al punto de encuentro. Minutos después aparecieron kai y haruka con una montaña de peluches, el alma de ikagai podía descansar en paz...o eso creía.

Cuando akihiro apareció junto a las gemelas casi tropieza por como se veía y palidecio cuando sus otros dos primos aparecieron con algunas manchas de sangre y la ropa toda sucia y arrugada. Hasta hiroki empezó a rezarle al de arriba, esperaba de todo menos encontrarlos en esas condiciones.

- P-papá waka me va a fusilar. - Si no fuera porque hiroki lo sostuvo, ikagai hubiera caído al suelo mientras su alma abandona su cuerpo.

Akihiro traía un moreton en la mejilla, el labio partido y parecía que lo había arrollado un camión. Himawari traía parte de su ropa rota, tenía basura hasta en el cabello y tenía la cara hecha mierda. Mikaela tenía los nudillos lastimados y tenía sangre por toda la ropa y le faltaba hasta un zapato, ikagai se preguntaba seriamente si la palabra "tranquilos" estaba en el diccionario de sus primos.

- Creo que tendré que prepararme mentalmente para la regañada de mamá. - Comentó akira. Mientras jugaba con sus dedos nerviosa.

- Con quien deberías prepararte mentalmente es con el tío waka, da miedo enojado. -Y un escalofrío recorrió el cuerpo de la rubia y el de sus otros primos al escuchar esas palabras. Si, sus padres daban miedo enojados, pero Wakasa era otro nivel.
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- ¡NO SE LES DIO PERMISO PARA QUE ACABARÁN ASI! - Todos, incluso los adultos encargados de los chicos estaban de rodillas mirando el suelo. ¿Enojado? No, furioso se encontraba el hombre de mechas moradas y rubias. Si bien se preocupó al verlos así, eso no quitaba el enojo. Se giró hacia ikagai y hiroki pegándole a ambos en sus cabezas. - Y ustedes... ¡¿Cómo es posible que se les perdieran?!

Nadie respondió. Si respondían se ganarían otro golpe en sus cabezas y otra reprimida mucho peor. El hombre frente a ellos soltó un largo suspiro pesado, mientras los miraba a todos seriamente.

- A la habitación. Todos. Llamaré a los demás para que vengan a buscarlos, y no saldrán de ahí hasta que les diga ¿Escucharon? - El tono de voz era calmado pero duro y serio sin mencionar el aura oscura del adulto, todos asistieron rápidamente y como niños pequeños se fueron en fila hacia la habitación de ikagai.

Y así había terminado su día, con peleas de por medio y un casi muerto. Y por supuesto conociendo la versión enojada de wakasa, lo cual es algo que ninguno, nisiquiera el mismo ikagai quería volver a ver.
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"Ikigai y Hiroki se la pensaran dos veces antes de volver a salir con los más jóvenes del grupo otra vez"

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°Tokyo Revengers: Segunda generación°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora