Y subió a su auto, después de aquella pelea, aquella pelea que consiguió terminar con sus amistades, parejas, padres, y esposa.
Pero quien lo culparía? La sociedad es una mierda, se supone que evolucionamos para aceptarnos, pero aun no aceptan lo que el quiere que acepten, el quiere una familia, no con su ex-esposa, no con una amante, si no con un omega, uno muy lindo, rubio, bueno con los niños, amoroso. El era el que siempre soñó, además, su familia debería agradecer que no era un Alfa al que el amaba, se supone que es peor, o mejor?, ya ni lo sabe.
Acelero el auto para llegar a aquel hogar, una casita pequeña de madera, lo suficiente para el omega, el cual ya estaba bastante dañado.
Ya hace dos años fue a una iglesia, solo por una cosa, su esposa quería ver a los niños, esta era infértil, y quería un pequeño cachorrito. Mientras la omega miraba los bebes, el estaba perdido en sus pensamientos mientras caminaba y caminaba, hasta que se perdió, miro a su alrededor y escucho atentamente, bastante risas de niños entre cinco y diez años, entre aquellas risas, una le llamo la atención, era gruesa pero melodiosa, tenia algo que le daba curiosidad, así que decidió seguir aquella voz así llegando a un cuarto, se quedo en el marco de la puerta mirando el interior de esa sala. Un omega rubio de ojos negros, sonreía mientras sostenía un pequeño libro, los niños escuchaban atentamente y debes en cuando interrumpían aquella historia para hacer las típicas preguntas infantiles, las cuales por supuesto, respondía con inmensa alegría.
El único problema era que aquellos olores no los conocía, no olían a Alfas, aquellos pequeños niños y el adulto tenían un aroma totalmente distinto a los que conocía. Se quedo perdido entre sus pensamientos y olores, y cuando recupero su cordura se vio rodeado por niños y frente a el aquel chico.
— Niños, Niños, denle espacio — decía apartándolos con delicadeza, para luego mirarlo, el rubio era notablemente mas bajo que el, y los niños parecían aun mas pequeños de lo que deberían ser, tal vez eran betas, si, seguramente — se encuentra bien señor? — pregunto con esa hermosa voz.
— Y-yo? — no se le ocurrió que mas contestar.
— Si, usted, se encuentra bien? — volvió a preguntar.
— E-eh cla-claro — respondió nervioso
— Por que huele tan mal? — pregunto un inocente niño castaño, siendo mirado por ambos adultos y otro pequeño.
— Eso no se dice! — le reclamo el otro pequeño, el cual tenia su cabello negro como la noche.
— Niños, porque no van a jugar con Rius? — les hablo el rubio.
Los niños sonrieron y otros se entristecieron, pero al final todos se fueron, El rubio había notado la palidez en el rostro del mas alto, así que decidió ir por un vasito con agua, el vasito era de plásticos y tenia diseños de autitos, lo lleno con agua y se lo entrego al mayor.
— Ten, te ayudara a calmarte
— Gracias... —dijo el mas alto recibiendo el vaso y tomando algo de agua.
— Debes estar perdido no? O acaso vienes a adoptar a un niño? — El rubio lo miro a los ojos esperando una respuesta.
— Yo... pues... Mi esposa quiere una niña, pero es infértil... así que... — apenas encontró las palabras para formular aquella oración, y en su búsqueda de mas fue interrumpido por el mas bajo.
— Oh, pues parece que si estas perdido, ¿Cómo llegaste aquí? — pregunto con bastante curiosidad. No era normal que a los cuidadores y guardias se les pasara un Alfa, supuestamente este lugar era aislado al resto ya que nadie quiere a un omega hombre cerca, la sociedad los a marginado desde el inicio de los tiempos.
— Yo... no lo se... estaba caminando y luego escuche unas risas y decidí saber de donde provenían... — Dijo con simpleza levantando sus hombros un poco.
— Oh... pues en ese caso, deberías volver al orfanato — Le sonrió el rubio
— Volver... al orfanato? — su expresión cambio a una de duda — No estamos ahí? — dijo extrañado
— Ósea si, pero en la parte para niños que jamás serán adoptados... — continuo el de cabellos claros
— Como que jamás serán adoptados? — pregunto el de ojos celestes
— Pues si, nadie quiere a un omega varón cerca.Ahora todo tenia sentido, por eso su aroma se le hacia desconocido, había escuchado hablar sobre omegas hombres pero nunca vio ni creyó que existieran.
—Como te llamas? — Le pregunto el omega.
—Giovanni— contesto y dio un sorbo al vasito de agua.
—Yo me llamo Asher — Le sonrío, pero esta sonrisa era una sonrisa que no había visto antes, y lo cautivo por completo.
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Ya no hay vuelta atras
Short Story~El camino hacia delante es largo y mas largo es retroceder y hacerlo otra vez~