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Presiono uno de los pedales acelerando mas, Enserio quería llegar con el verdadero amor de su vida. Pero al mismo tiempo recordó lo sucedido después, y la rabia lo comenzó a consumir, no entendía cual era el problema de la gente si los omegas eran unas criaturitas demasiado adorables.

— Amor no te parecería adoptar a un niño?... — Pregunto a su esposa una vez ya estando en casa
— Sabes que prefiero una niña, siempre eh querido una hija amor — le contesto con una leve sonrisa, que en el fondo reflejaba tristeza, ya que esta sabia que su sueño no se podía cumplir, ella siempre quiso experimentar el embarazo y luego tener una pequeña criatura entre sus brazos, un ser al cual ella le hubiera dado vida, de no ser porque no podía.
— Y porque una niña y no un niño? — pregunto el de cabello negros para así poder saber las razones y tener mejores argumentos.
— Uf... pues... bien... su cabello, crece mas rápido y la puedo peinar... además en un colegio a los varones no se les permite el pelo largo... Y también son tranquilas — No pudo terminar ya que su esposo le interrumpió
— Las niñas Alfas no son tan tranquilas amor, además siempre hay excepciones a la regla... — le comentó
— bueno, pero son mas tranquilas que un varón igualmente — le contesto
— aun así... deberías considerar la opción de un barón... además... No te gustaría un varón omega?... — y apenas menciono la ultima palabra la mujer abrió los ojos como platos.
— Un omega? Estas loco? —
— no, simplemente digo... resulta que la primera vez que fuimos a ver a las bebes... pues me perdí y termine llegando al lugar donde están los omeguitas... y pues... son bastante simpáticos, enserio, y me da bastante pena que nadie los quiera adoptar... — Dijo agachando su cabeza levemente
— Y porque crees que nadie los quiere adoptar? Esas cosas solo son una carga, simplemente no sirven de nada, solo serán un gastos hasta que mueran — le dijo sin ninguna emoción
— Eres cruel... — dijo con una mueca en su rostro
— No soy cruel, estoy siendo realista, lamento que no te guste la realidad... — le contesto

Ante esta respuesta Giovanni ya no supo que hacer, simplemente decidió, lleno de impotencia, salir de aquel departamento.

Ya no hay vuelta atrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora