3.

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Emma se despierta de golpe cuando escucha la puerta de la entrada azotarse. Está un poco confundida, abajo parece haber un alboroto, pero no puede distinguir mucho de lo que están hablando.

Emma se toma su tiempo para estar lista. Se está lavando la cara cuando se da cuenta de que sus pies la están matando, y es entonces que algunos recuerdos del baile le asaltan la cabeza. Recuerda a Tara tomando su mano para guiarla al centro del salón a bailar y no puede evitar sonreír bobamente a su reflejo en el baño. Ella había decidido usar un vestido de satín rosa pálido y una máscara de plumas blancas, que contrastaba hermoso con el traje azul profundo y el antifaz negro que Tara llevaba. Recuerda caminar junto a Tara a través del salón, hablando con personas a las que jamás volvería a ver, y recuerda también caminar con ella en los jardines principales, cenar a su lado brevemente antes de seguir bailando.

Tara hacía que todo fuera tan fácil, tan sencillo para Emma. Ella piensa distraídamente si eso es lo que pasa en la nobleza, si era parte del encanto con el que nacían los nobles. O si era algo que solo Tara tenía.

Emma baja lista para un nuevo día, pensando en que quizás podría pasar por el castillo por la tarde para ver cómo le había ido a Tara con las opciones de esposas. Algo extraño y amargo trepando en su estómago al pensamiento de Tara tomando la corona al lado de una mujer.

Cuando entra a la cocina, todo se detiene. Su madre lanza un grito ahogado al verla, su padre tose fuertemente escupiendo su té, su abuela parece a punto de desmayarse, y sus dos tías están a punto de llorar.

— ¿Qué pasa? ¿Por qué esas caras? - Emma camina lentamente al fogón para tomar un poco té. Todos los presentes se miran con ojos tan grandes que parece que se les van a salir de sus cuencas, Emma se acerca a la mesa y se sienta sin delicadeza. — ¿Alguien murió?

A eso, su madre reacciona y con un aplauso al aire, empieza a correr a todos.

— Bueno, bueno, tenemos muchas cosas que hacer, vamos, vamos, a trabajar. — Todos empiezan a levantarse. Después, con la cara más extraña que Emma ha visto en su madre, ella le extiende algo. — Es que... lle-llegó una carta, cariño, del... reino. — Pronuncia la palabra reino como si le costara sacarla de la garganta.

Emma toma el pergamino sellado, mitad confundida, mitad sorprendida, y cada segundo que pasa empieza a sentir que su estómago se revuelve. Una carta del reino dirigida a la familia de una mujer en edad casadera después de un baile como el de anoche es...

— Ay, no... —, Emma dice con voz débil mientras siente que su cabeza da un giro y como si la sangre se le fuera a los pies. Con manos temblorosas, empieza a abrirla. Todos se vuelven a acercar a la mesa, a esperar la lectura de la carta.

Emma quiere gritar.

Estimada señor y señora Miller,

Es mi placer dirigirme a ustedes...

... cautivó mi atención durante la celebración...

... una oportunidad única de honrar al reino...

... por lo que pido su mano en matrimonio...

... puedan unirse a mi en una cena...

Firma, heredera al trono, Tara Muñiz.

Emma grita.

[CARTAS MULTIVERSE] Promtp 3.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora