Moony!

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- Moony!

Dió un salto y el niño que tenía de la mano también, Sirius Black se había materializado ante ellos de la nada, aunque eso había parecido ya que era imposible aparecerse dentro de los terrenos del castillo, pero no estaba allí y de un segundo a otro casi los mata de un infarto, aunque el niño se recompuso rápido y se quedó admirando a Sirius con sus ojos brillantes y labios entreabiertos.

- Merlín, Sirius, un saludo normal no causa infartos, sabes? - acusó Remus aún con su mano en el pecho, su corazón algo acelerado -.

- No fué el saludo, fué mi belleza arrebatadora y lo sabes - sonrió -.

- Como no, qué necesitas? Robert y yo necesitamos ir a la enfermería.

Ahí fué cuando Sirius reparó por primera vez en el niño de primer año que se veía aún más pequeño de lo que era en realidad junto a las largas piernas de Remus.

- Oh, los puedo acompañar? - Preguntó al niño quién con la misma expresión de asombro asintió-.

Los tres comenzaron el camino hacia la enfermería.

- Qué es lo que tiene? - preguntó Sirius con curiosidad -.

Remus abrió la boca para hablar, pero el niño muy sonrojado respondió apresurado.

- Me enfrenté a un dragón yo solo!

Sirius lo miró realmente sorprendido y luego divertido miró a Remus quién intentaba ocultar una sonrisa.

- Es cierto, uno se escapó de la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas y Robert fue el único que pudo contra el.

- Vaya! Eres asombroso Robert, yo a tu edad iba a la enfermería por dolores de estómago por comer muchos dulces - el niño sonrojó aún más, Sirius había dado justo en el clavo-.

- Pues no todos somos tan valientes e inteligentes como Robert que sabe con cuánta moderación se debe comer dulces y cómo domar a un dragón, cierto? - preguntó Remus irónico mirando al niño, quién solo se acercó un poco más a él -.

Llegaron a la enfermería y dejaron al niño con Madame Pomfrey, no era necesario, pero a Remus siempre le había gustado llevarlos hasta su sala común de nuevo o por lo menos esperar el veredicto de la enfermera.

- Si tenía dolor de estómago? - preguntó Sirius divertido -.

- Demasiados dulces, su hermano está en quinto y le trae de todo desde Honeydukes, cómo lo supiste? - preguntó el prefecto con interés -.

- He visto ese tono de pálido en Peter más veces de las que le gustaría admitir al pobre.

Remus rió.

- No es nada difícil de imaginar - estuvo de acuerdo Remus y luego recordó algo-. A qué te referías con Moony?

Sirius volvió a brillar más intensamente.

- Tu apodo, recuerdas? Me dejaron a cargo.

- Moony - dijo Remus probando el nombre-. No es un poco obvio? A qué se debería?

- Eso que importa? Durante todos estos años a nadie le ha importado de dónde vienen nuestros apodos, el tuyo podría venir de tu blanca piel y de que eres un completo lunático por no querer formar parte de los Merodeadores.

- Moony - volvió a repetir Remus -.

- Me gusta mucho Moony... El apodo, y bueno, tú también, pero ya sabes a lo que me refiero - explicó Sirius tropezando un poco con sus palabras haciendo sonreír al chico -.

- Sería un completo lunático por aceptar este apodo y ser parte de ustedes.

- Y entonces que dices?

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