-Akali, despierta. Que ya son las doce. -Dijo amablemente Evelynn
La chica abrió los ojos y miró a su alrededor.
-¿No han...? -balbuceó. Evelynn negó lentamente con la cabeza mientras agachaba la cabeza.
Akali pensó que era irónico que, cuando la mañana anterior había pensado que al día siguiente despertaría junto a Evelynn, ni se podía haber llegado a imaginar que fuera un despertar tan triste. Se incorporó y la joven le ofreció una bolsita de galletas y un zumo de naranja. Ella los cogió. Reinó el silencio. Ambas estaban sopeando su situación. No querían ni proponer la opción en sus cabezas, ni pensar en ello, pero estaban atemorizadas con la posibilidad de que nadie acudiera a rescatarlas. Y entonces...
Akali miró su zumo de naranja. Después a Evelynn. No lo pensó más.
-No quedan demasiados. ¿Verdad? -preguntó.
-¿Por qué lo preguntas? -Evelynn parecía implorarle con la mirada que no lo dijera.
-Porque si no vienen... -añadió casi sin creer lo que estaba insinuando, pero con el conocimiento de que alguien tenía que dar el paso de decirlo.
-Vendrán -cortó la chica mientras bajaba la vista completamente seria, sin un ápice de darle mayor conversación a su chica, que quedó poco satisfecha con la respuesta.
-Tenemos que hacerlo -afirmó Akali con seriedad -Sabes que sí.
-¡Pero no tenemos ni puta ida de dónde estamos!
-Sabes tan bien como yo que cuando hay un accidente de avión se le da muchísimo bombo y sabes también que por ello es imposible que no hayan llegado aún a rescatarnos a no ser que no sepan dónde estamos o si nos hemos estrellado siquiera. Si en un día y pico no han sido capaces de encontrarnos no creo que en lo poco que nos queda en lo referente a provisiones de agua logren hacerlo.
El sol había empezado a bajar ya y, por lo tanto, la amenaza del anochecer se cernía sobre ellas. Evelynn sabía que Akali tenía razón. Pero tenía miedo. Siempre había odiado este tipo de situaciones. Ésta en concreto le recordaba a aquellas que experimentaba tantísimas veces en la vida: resolver el problema de alguna situación, ver que su supuesta solución no encaja con lo que debería de ser, y tener que escoger entre buscar el error o pasar y seguir adelante asumiendo que ha fallado. Ésa bifurcación la carcomía por dentro. La situación en la que se encontraba esta vez era igual, con la diferencia de que ahora se jugaban algo más que un sentimiento de culpa o de error: su propia vida.
-Está bien -Dijo Evelynn.- Hagámoslo.
Se miraron. Los ojos de ambas tenían como factor común el miedo, que era inmenso. Pero también la valentía de quién, ante un problema, decide actuar para resolverlo.
Diez minutos más tarde partieron. Únicamente llevaban una bolsa, que Evelynn cargaba al hombro, con todo lo que les quedaba: seis bolsitas de galletas, dos zumos y una botella de agua. Caminaron durante un par de horas, pero no obtuvieron más compañía que la de varias especies de aves extrañas ante la presencia de dos intrépidos humanos. "No deben de verse muchas personas por aquí" había pensado Evelynn preocupada. Se pararon a descansar y ambas dieron un trago a la botella de agua. Debía de quedar a lo sumo un par de horas para que anocheciera.
-No podemos quedarnos aquí mucho rato. Puede ser peligroso tener que pasar la noche...-Akali permaneció en silencio. Empezaba a inquietarle la idea de que quizá hubieran tomado la decisión incorrecta. Eso le decía la razón. Por otro lado, algo dentro de su cabeza le transmitía que estaban cerca. No sabía qué, pero estaban cerca.
-¡Vamos! -proclamó enérgica Akali. Evelynn se quedó un poco aturdida con la repentina reacción, pero hizo caso.
Reemprendieron la marcha. Se movían a paso rápido, como si llegaran tarde a algún sitio. Pero todo lo que encontraban a su alrededor eran árboles. Parecían réplicas los unos de los otros. De hecho, Evelyn llegó a pensar que estaban dando vueltas y se encontraban todo el rato con los mismos árboles. Desechó esa opción cuando, de repente se encontraron una colina a sus pies. Debía tener unos diez metros respecto al resto del bosque. Subieron con la esperanza de poder ver algo desde ahí arriba, pero la decepción se hizo latente en sus rostros cuando descubrieron que solo había más bosque allá donde la vista les permitía llegar. Había pasado una hora desde que habían reemprendido su odisea.
El sol estaba cercano a cerrarle los párpados a la Tierra.
-Hay que seguir. No nos queda otra. -Dijo Evelynn.
Continuaron la marcha en riguroso silencio. Estaban preocupadas. Sabían que salvo milagro iban a tener que enfrentarse a una noche en el bosque sin la protección que los restos del avión les habían ofrecido hasta ahora. Caminaron durante una hora, lapso de tiempo en el cual la luz fue disolviéndose hasta que tuvieron que aceptar que era oficialmente de noche. Akali abrió la boca para decirle a Evelynn que debían parar en algún lado para pasar la noche pero ningún sonido salió de su boca. Estaba paralizada. Miró a su novia y tuvo un deja vu, pues su cara era la misma que había puesto en el avión al percatarse de que algo iba mal. Y no era para menos: ambos acababan de escuchar el aullido de un lobo.
De repente, Akali creyó ver un destello de luz a unos treinta metros de donde se encontraban. Forzó la vista intentando distinguir algo entre la negrura del bosque. No vio nada. Mantuvo la vista durante unos pocos segundos y, justo en el momento en que iba a desistir, lo volvió a ver. Pero esta vez, al estar mirando en esa dirección, pudo identificar claramente el foco del destello: dos ojos mirándolos fijamente. Acechando.
---iCorre! ---gritó Akali.
Evelynn vio cómo su novia salía disparada. Décimas de segundo después una sombra emergía de la nada. La chica echó a correr detrás de Akali.
Era el fin. Era la segunda vez en dos días que era el fin. Nunca podrían escapar de las garras de aquel lobo. Estaban en su terreno, en su telaraña. Unos pocos segundos más y les alcanzaría...
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Nuestro viaje soñado
AdventureEl viaje más esperado de Akali y Evelynn está por empezar. ¿Qué cosas ocurrirán en el camino? ¿Será el viaje tan idílico como lo pintan? Los personajes no son propiedad mía, la historia sí. Disfrutadla tanto como yo haciéndola. :D