●─𝑪𝒐𝒏𝒕𝒂𝒄𝒕 [SpyxFamily]

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⟨⟨ Adopción 🖋️ ⟩⟩

A veces me preguntó, ¿por qué la gente es tan irracional?. No sé si se vuelven así por la sensación de estar expuestos a lo desconocido, o quizás el miedo natural a experimentar algo nuevo y fuera de lugar.

Vivir en un orfanato no es tan malo como suele parecer, o eso creo. He sido transferido de orfanato solo una vez, pero honestamente hubiera preferido quedarme en el anterior. En este lugar hay mala higiene y los demás niños aparte de mi están descuidados, y ni hablar del dueño, es un adicto al alcohol.. al menos agradezco que aquí no nos golpeen por cualquier cosa que hagamos mal.

El único alivio que tengo en este lugar es que siempre he estado acompañado, tengo a mi hermanita pequeña, dos años menor que yo. En realidad no somos hermanos de sangre, ya que ni siquiera sé si yo soy humano.

Su nombre es Anya, o ese es el nombre que le dieron nuestros primeros padres adoptivos. Ya que los dos somos insistentes en que nos adopte la misma familia, ha causado problemas para encontrar alguien dispuesto a hacerlo. De todos modos nunca duramos tanto tiempo en esas familias, hemos sido devueltos al menos cuatro veces, razón por la que también nos cambiaron de orfanato.. al parecer éramos unos niños muy problemáticos como para seguir quedándonos.

─ Tengo hambre.. ─

Alado de mi estaba Anya, jugando con un peluche que le regalé hace mucho tiempo. Estábamos tomados de la mano ya que de esa forma puedo ayudarla a estar tranquila.

─ Yo igual, ¿quieres que vayamos al comedor para que busque comida? ─

─ ¡Si! ─

Me levanté del piso sacudiendo el polvo de mi ropa, agarre nuevamente la mano de mi hermana y caminamos al comedor. El cocinero que se encarga de la comida seguramente este descansando en su habitación, por lo que podríamos entrar y agarrar comida si somos silenciosos.

Mientras Anya se quedaba sentada en una esquina yo buscaba cualquier alimento comestible. Por suerte encontré un paquete de galletas, al menos eso calmara nuestra hambre, además, si más cosas desaparecen será muy obvio y no quiero meter en problemas a Anya.

─ Se acerca, ¡Alguien está viniendo! ─

Cerré la alacena que estaba viendo y corrí alado de mi hermana, ambos nos escabullimos fuera del comedor para ir de nuevo a dónde estábamos antes jugando.

Normalmente siempre me dice quien está acercándose, quizás otro niño para molestarnos, el director del orfanato, el cocinero quizás. Si no dice quien es, entonces tal vez se trate de alguien que viene a adoptar.

─ Es un adulto, buscaba a un niño que pueda leer ─

El agarre de mi mano fue más fuerte, los únicos que saben leer aquí somos yo y Anya. No quiero que nos adopten, no quiero que Anya se deprima otra vez cuando nos devuelvan al orfanato de nuevo.