capítulo 5: ❝no puedo sentir mi cara❞

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Harry se desperezó y lentamente abrió los ojos ante una nueva mañana en Nueva York, estiró levemente los brazos y revolvió sus rizos por sobre su cabeza

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Harry se desperezó y lentamente abrió los ojos ante una nueva mañana en Nueva York, estiró levemente los brazos y revolvió sus rizos por sobre su cabeza. Exhaló profundo y se vio tentado a ladear la mirada para encontrarse con el rostro de Louis todavía dormido plácidamente a su lado. Detalló sus largas pestañas, sus labios entrecerrados, su nariz respingona, sus suaves mejillas a juego con sus pómulos. Se veía casi como un niño pequeño durmiendo, lejos del mundo, de la fama, de los millones, Harry guardó en su corazón la imagen tan relajada de la cual estaba siendo testigo, el alfa de ojos azules era poseedor de una belleza única y en momentos tan silenciosos como este Harry amaba apreciarla, en la tranquilidad de su relación, de su romance. Suspiró y se dio cuenta entonces de lo perdido que estaba, de lo atrapado que lo tenía aquel alfa.

Sus pulmones se llenaron del familiar aroma a chocolate amargo y paseó entonces la punta de sus dedos sobre sus mejillas, forzándose a imaginar una vida sin haberle conocido y no pudiendo hacerlo. Su roce era nimio, casi como si tuviese miedo de romperlo, de apartarlo. Repasó sus mejillas hasta subir a sus castaños cabellos apartándolos levemente de su frente.

Se sentía afortunado, sentía una especie de aura dorada envolverle el cuerpo, se sentía adormecido, en un estado mental que no podía explicar.

Quizá era aquí donde pertenecía, quizá este sí era su lugar en el mundo, en una escena cliché de película romántica, enamorándose, viendo el sol ocultarse y la nieve caer.

Harry entonces relamió sus labios y volvió a pasear sus manos esta vez sobre los labios del cantante.

El alfa poco a poco despertó de los brazos de Morfeo y fue abriendo el océano para él, de sus labios brotó una floja sonrisa y un lánguido suspiro. Sus ojos azules escudriñaron su rostro, le miraban con amor, con brillo. Se revolvió en las colchas para lograr una mejor posición en su lado de la cama, recostó la cabeza de nuevo en los almohadones y Harry río encantado.

—Feliz cumpleaños, alfa —susurró acercándose para dejar un sonoro beso en su frente—. Solo quiero desearte genuina felicidad y amor, deseo que puedas tener una maravillosa vida para que cumplas todo lo que sueñas...—completó todavía en susurros mirando directamente al mayor.

Louis sonrió todavía adormilado, sin embargo abrió los ojos para observar al omega frente a él, al ángel que el cielo le había concedido para iluminar sus más días oscuros, cuando más lo necesito, apareció su único ángel. Y se aferró a él, como si su vida dependiera de ello, como si el aire se fuese a acabar si no lo respiraba cerca, se aferró a él como lo único estable y real de su existencia. Harry le miraba con dulzura, con destellos de inocencia y sinceridad, Harry tomaba su mano fuerte como si tuviese miedo de perderlo entre la multitud y luces brillantes, Harry...sí, su Harry se quedaba con él hasta el amanecer, y despertaba con él para mayor regocijo de su alfa.

A su lado pudo entender verdaderamente lo que significaba querer a alguien desde el principio, a sentir seguridad, calidez, confianza y ¿por qué no? Amor.

𝙢𝙤𝙩𝙝 𝙩𝙤 𝙖 𝙛𝙡𝙖𝙢𝙚 🔥 (l.s)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora