Ahora no sólo comparten habitación, también el cuidado de un niño de dos años.
Changbin y Yongbok, totalmente desconocidos y diferentes, uno hetero y mujeriego, uno homosexual y con un sentido fuerte de la responsabilidad, nunca pensaron que termina...
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Yongbok le dio un beso a su pequeño travieso en la frente y luego Changbin le dio un jalón de orejas al pelinegro.
—A ver si tienes más cuidado de ahora en adelante.
—¡Auch! —se quejó Yongbok—. Pareces una madre.
Changbin se sonrojo y desvío la mirada.
—Perdón por querer ayudar —le dijo, el menor puso una mano en su hombro mirándolo a los ojos con agradecimiento.
—Gracias, sé que no nos tratamos mucho pero no sé qué haría sino estuvieras aquí.
—De... De nada —mencionó Changbin más nervioso y más sonrojado que antes—, dame al niño, lo cuidare el resto del día, nos vemos en la casa por la tarde.
Changbin tomó al niño en brazos y se despidió del menor para ir a su siguiente clase.
—Appa —dijo Jeongin—. quiero comer.
El mayor se sorprendió por como el niño le había llamado, él no era su padre, pero tampoco lo corrigió. Saco una papilla de la pañalera y una cuchara para darle mientras escuchaba su clase. Primero sus compañeros y profesores lo vieron de una forma rara, después lo ignoraron porque el niño no hacía mucho ruido.
Regresó a casa y mientras Jeongin jugaba en la alfombra se puso a buscar un nuevo trabajo sin éxito, no es como que fuera bueno en muchas cosas o tuviera muchas opciones, se sorprendió al ver entrar al pelinegro, Yongbok por primera vez desde que vivían juntos llegó temprano al departamento con cajas de alitas a BBQ.
—Ya que Jeongin es todo un campeón que come comida de adulto decidí traerle alitas, deliciosas alitas para los tres.
Changbin sonrió por las ocurrencias del menor.
—Pero que sea poco porque le puede doler el estómago o empachar.
Yongbok asintió: —Como digas mamá.
El mayor rodó los ojos y tomó al niño en brazos.
—ama —le dijo este risueño.
—Ves el niño también piensa que te comportas como una madre —se burló Yongbok.
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