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Eran oficialmente las 5 en punto de las mañanas y lo único que pedía Sanemi Shinazugawa (Pronto Tomioka, les gou) era dormir.
Dormir, y solo quedarse durmiendo hasta que sonará su despertador, a las 7 de la mañana, pero al parecer con su hermoso, bello y magnífico novio, le era imposible.
Abrio sus ojos por un momento y se encontró a Giyuu delante de el, pegandosé un buen susto.
—¡Carajo Giyuu! Por poco y me matas de un susto—
—...Perdón—
—¿Porque rayos estas despierto tan temprano? ¿Si estas viendo que putera hora es?—
—Si vi, es que... es que... es qu—
—¡¿QUE?! ¡¿QUE ES?!—
—...Intente hacerte el desayuno y... este- la estufa y eso...—
—Dios por favor, dime que no paso lo que estoy pensando, dimelo por favor...—
—Bueno este, yo no soy dios, pero creo que si paso lo que estas pensando...—
—Mierda Giyuu... Escuchame bien, si pasó lo que estoy pensando te juro que no vas a salir vivo de esta casa, CREEME QUE NO LO HARAS—
—...No, por favor, Sanemi la comprension y la toleranci—
—COMPRENSIÓN N-A-D-A, me voy a parar de esta cama, iré a la cocina Y SI VEO QUE LE PASO ALGO, DATE POR MUERTO TOMIOKA—
—Ne-nemi, por favo—
—N-O—
Sanemi se paro rápidamente como alma que lleva el diablo, con su único objetivo de llegar a la cocina, ver un desastre y putear a Giyuu, el jura que no le gustaba discutir ni pelear, decia que era un hombre pacífico, pero es que lo provocaban, y ¿Qué ama más Sanemi que discutir?.
En estos momentos, a Giyuu no, pero ya luego cuando se lo termine de putear le va a decir unas palabras de afecto para que no se sienta tan maaaal, luego de tremenda paliza y tremendo regaño. Ay banda, que bonito es el amor.
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