Me mantengo con la mirada fija en la mesa de madera tan limpia que casi puedo ver mi reflejo a través de ella, sin embargo, no pasa mucho para que vuelva a alzar la vista a la persona que tengo enfrente.
—Bien, asesíname con los ojos, que es de la única forma en que puedes hacerlo.—escucho a Mew que trae dos envases de café en las manos y se sienta enfrente de mí. Yo lo sigo viendo como si de esa forma pudiera deshacerme de él aunque la mirada que él me tira es como de un maestro que le da una advertencia a un alumno rebelde.
—No sabes qué ganas me dan de tirarte el café en la cara.—digo apretando la mandíbula.
—¡Oh, dios! Mi mayor sueño de toda la vida.—me contesta sarcásticamente. Idiota.
—¿Qué quieres, Mew? Ya me trajiste aquí. ¿Qué quieres para que me des ese maldito papel?—pregunto perdiendo mi paciencia, de verdad, soy muy paciente pero él... él logra sacarme de mis casillas de una forma que no sé explicar.
Él levanta una de las comisuras de su boca de forma burlona mientras acomoda la servilleta mal puesta del café que me trajo. Controlador, eso es.
—¿He de querer algo?—blanqueo los ojos, idiota.
No sé cuál es su juego, siempre he sabido como se mueve, como reacciona cuando lo hago enojar y como disfruta hacerme enojar a mí pero en estos momentos, no sé ni para qué me trajo a la cafetería de la esquina de la empresa.
—No me hagas perder la paciencia o te va a ir peor.—advierto, no estamos en la empresa, por lo que nada ni nadie aseguraría que le he dado un golpe en la cara.
Calma, Gulf, eres un hombre pacífico, no buscas violencia y agredir a tu compañero de trabajo te va a generar más proble...
—¿Qué? ¿Tu novio imaginario con el que fantaseas vendrá a golpearme?—a la mierda con lo de ser pacífico.
—No te doy un golpe en la cara por respeto a mi mano. Y cree lo que quieras, me importa una mierda.
—¡Vaya! ¿Volvimos a las malas palabras? Que sucia boca tienes, plantita.—niega con la cabeza mientras mira hacia su café.
—¡Oh! Créeme que si sigues así, te enseñaré de verdad lo sucia que puede ser mi boca.
Él levanta la vista alzando las cejas, entonces me doy cuenta de lo que acabo de decir. Y en el sentido en el que él lo ha pensado.
—¡No! Yo no... Me refería a que... ¡Ahg! Eres un idiota.—Él parece aguantarse de verdad las ganas de reírse.
Oh, dios, de verdad ¿dije eso?
¿Por qué tengo que hablar antes de pensar? Si sigue así, y yo sigo así, mis manos terminarán en su cuello. Lo juro. ¿Iría muchos años a la cárcel si lo asesino? Podría esperar a que salgamos de la cafetería para que nadie me vea, y en el callejón de a un lado, acorralarlo y asfixiarlo, y ya cuando la policía me pregunte, decir que nunca salí con él, y todos están de testigo de que nos caemos tan mal que nunca le aceptaría un café—a pesar de que sí lo he hecho pero fue porque tiene ese maldito postip que me puede perjudicar.—así podría tener una cuartada perfecta, ir a borrar las grabaciones de las cámaras y...
—¿Qué planeas? Sea lo que sea, no lo lograrás. Tengo más fuerza que tú.
Parpadeo muchas veces y me remuevo en el asiento, ¿Cómo mierda sabe lo que estoy pensando? Dios, me conoce tanto que incluso me da miedo que sepa leer mi mente por medio de mis expresiones muy bien. Al parecer, nota mi desconcierto porque niega con la cabeza mientras arquea una ceja.
—Eres muy expresivo, ¿sabes? Eso te puede generar problemas.
—Nada es tan malo que saber de tu existencia.—contesto fríamente, él levanta una de las comisuras de su boca otra vez burlándose de mí.
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Querido novio, ¡como te odio/te amo!
FanfictionGulf nunca ha tenido un romance pasional ni cautivador, todas las relaciones en las que ha estado han terminado en total desastre y la razón principal es porque su mayor prioridad es el trabajo, a pesar de la presión de su círculo social por consegu...