SINNERS

VENDAJES

Hermoso, tan fino toque cual seda contra mi rostro de excesiva imperfección humana, era cual beso de un Ángel, tan hermoso y delicado que termino haciéndome olvidar de la fría ventisca que me dejaba la ventana abierta en plena noche tan fría, enfermeras mal pagadas olvidando cerrar la ventana pese a los constantes regaños del doctor cada que iba a verme postrado, oía su voz cada vez mas fastidiada y llena de  un resentimiento por la falta de respeto mientras tomaba mis signos vitales cada que encontraba esa escena.

Supongo que era difícil ver esa escena tan repetidas veces, tu paciente sufriendo de las bajas temperaturas o por el calor de verano, todo porque para ellas nunca "pasaba nada" por dejar una simple ventana y cortina abiertas. Ahora podría jurar sentir su peso recargarse en la camilla aquellas noches de tal calma, cuando tenia esos momentos junto a el, solamente los dos, escucharlo decir:

- No importa lo que suceda, voy a ayudarte, ese es mi deber, se lo prometí a tus familiares... vas a salir de esto, solo resiste un poco mas, ya veré que diré

Me hace tan feliz saber que ya no estoy solo, que alguien esta conmigo en esta cruel situación de la vida, si tan solo pudiera hablarte, decirte lo mucho que aprecio una compañía ahora mismo, porque no vas a dejarme, VERDAD?.

USTED NO ME ABANDONARA VERDAD, DOCTOR?.

- Doctor, que hace tan tarde aquí?, ya debería haberse ido a casa yace horas.

Que voz era esa?, tal vez algún trabajador nuevo se trate, si, debería ser eso, aunque me sorprendió escucharlo a esta hora, tan siquiera se que hora es?. Ni mis ojos puedo abrir, o por lo menos uno de ellos, ¿CUANTO TIEMPO LLEVO AQUI?.

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- "RAPIDO!!, LLEVEN AL PACIENTE AL QUIROFANO!!, ESTA PERDIENDO MUCHA SANGRE!!!."

Gritos histéricos de una mujer en la recepción de tan conocido hospital mientras una camilla entraba tan deprisa con una persona en un intento de postrarla, eran mas fuertes los gritos de la persona llena de sangre, gritaba hasta el punto que todos alrededor iban, incluso pacientes recién aliviados.

La escena era terrible para ese día tan radiante y casi perfecto, quien parecía ser alguien de edad joven estaba gritando del dolor mientras sus ensangrentadas manos se sujetaban o intentaban cubrirse la cara en un intento en vano de parar su enorme sangrado o el intensificante dolor, pese estar en la camilla su espalda se arqueaba entre sus tan fuertes alaridos de dolor, estaba incontrolable, la única opción era sujetarlo contra la camilla amarrándolo para que no se soltase o incluso golpeara a alguien del personal medico entre la histeria, incluso eran casos impresionantes y extraños, pero no se debía correr el riesgo. 

Siendo sujetado gracias al fuerte personal de seguridad, fue que la persona había sido controlada al momento previo de inyectar la suficiente morfina a su torrente sanguíneo por medio de intravenosas, demasiada podría matarlo pero era lo bastante fuerte para drogarlo y hacer que se durmiera mientra la operación iba a empezar, incluso si el paciente traía puesta la ropa de calle, la única preocupación ahora era salvarle la vida y restaurar la sangre perdida, ya después habrían las preguntas correspondientes.

de todas formas, había que calmar también a la mujer en la entrada del hospital, tantos problemas en una situación critica. Mas para el primer día de trabajo de un joven doctor, no debió salvarle la vida, ahora lo entenderá.